El tema de la limitación de los mandatos vuelve a estar sobre la mesa, aunque cada vez se hace más complejo encontrar una salida. Cuáles son las alternativas que se barajan para poder avanzar, con sus pro y sus contras
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Modificar el artículo 3 de la Ley Orgánica de las Municipalidades (LOM) donde se establece que no podrán ser reelegidos los intendentes y los concejales por más de dos períodos consecutivos. Es la ruta más corta, pero la más sinuosa y peligrosa frente al rechazo social. En la modificación impuesta por la Ley 15.315 (promulgada en enero de 2022, se cambió ese artículo de la LOM y se dispuso que los intendentes y los concejales “serán elegidos directamente por el pueblo, durarán en sus funciones el término de cuatro (4) años y podrán ser reelectos por un nuevo periodo. Si han sido reelectos no podrán ser elegidos en el mismo cargo, sino con intervalo de un período”. Además, se estableció que “quedan comprendidos en la prohibición todos aquellos que hayan asumido su cargo por un segundo período sin importar que el mismo haya sido ejercido total o parcialmente”.
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También es modificar la LOM (Ley 6769/58) e incorporar, por ejemplo, la figura del viceintendente como nuevo orden de estructura municipal, tras lo cual se podría decir que los períodos se inician desde allí. Como la anterior, tiene el barranco de los privilegios de la casta. La idea de cambiar el régimen actual, donde el reemplazo del jefe comunal lo ejerce el primer concejal que lo acompañó en la lista de la elección ejecutiva viene desde hace mucho, pero nunca se pudo concretar la figura del viceintendente, que a su vez solucionaría el tema de las presidencias de los Concejos Deliberante. Si se aplica que el viceintendente sea el titular del cuerpo legislativo, como sucede en la Provincia y en la Nación con el vicegobernador y el vicepresidente, respectivamente, los jefes comunales que tengan minoría en el Concejo no perderían nunca la presidencia.
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Ir por una reforma política que instaure la boleta única y que, a partir de ese cambio sustancial en el modo de elección, se incluya en el articulado que, frente a al nuevo régimen, se pueda otorgar el beneficio para que los intendentes sean reelectos. Camino largo pero factible. Es una iniciativa con la que viene machacando desde hace tiempo el PRO, pero que no es acompañada por el peronismo. De todos modos, si aparece como la salida para encontrar el camino de las re-re puede que cambie la postura del oficialismo, cuyos intendentes están muy interesados en tener la chance de seguir al frente de las comunas.
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Avanzar con la autonomía municipal y que cada distrito disponga su propio régimen de gobierno. Esta vía exige un cambio en la Constitución, y abrir esa puerta significaría abrir otros caminos, incluso una re-re para Gobernador y Vicegobernador. Quizá sea la más difícil, pero la mejor justificada. Es la ruta que impulsa el radicalismo, que desde hace mucho busca una mayor independencia de los intendentes, no sólo económica sino también política. Avanzar por esta vía podría permitirle a cada distrito fijar su régimen electoral propio (siempre acotado por las mandas constitucionales de duración de los mandatos); entre estas facultades tendrían la facultad e ponerse su propio límite de reelecciones o fijar fechas de los comicios locales.
La Tecla