El lunes temprano, recibí una invitación de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, para la inauguración del microestadio Presidente Néstor Kirchner, que se llevará a cabo este próximo sábado a 21 años de le elección presidencial del 27 de abril del 2003, en la que mi compañero de vida salió segundo con el 22% de los votos.
Esa misma noche escuché al presidente Javier Milei por cadena nacional explayarse sobre el resultado de su gobierno al que calificó de “milagro económico” y “hazaña de proporciones históricas a nivel mundial”, indicando que el mismo sólo es posible por el esfuerzo de la “mayoría de los argentinos que están sufriendo” pero que esta vez ese esfuerzo “va a valer la pena”, para concluir que “no hay alternativa más que emprender el largo camino por el desierto hacia la tierra prometida” del que, sin embargo, anunció que “ya hemos recorrido más de la mitad del camino”.
Breve digresión: resultó conmovedor escucharlo decir “no es magia”
Hoy llamé a Mayra para decirle que este sábado voy a ir al acto, porque creo que es una buena oportunidad para reflexionar sobre este particular momento de la historia argentina, sobre este experimento del anarco-capitalismo y el sacrificio inútil al que está siendo sometido el pueblo argentino.