El «Xeneize» dio comienzo a la era del ídolo como presidente de la institución, con el traspaso de la comisión directiva a la que él no asistió pero que sí lo hizo su vice y ex titular del club, que era el que debía entregarle el mando, Jorge Amor Ameal.
Boca dio comienzo este miércoles a la era de Juan Román Riquelme como presidente de la institución con el traspaso de la comisión directiva a la que él no asistió, en tanto que sí lo hizo su vice y ex titular del club, que era el que debía entregarle el mando, Jorge Amor Ameal.
Este miércoles se vencían los siete días hábiles de plazo que da el estatuto para el recambio de autoridades después de las elecciones del domingo 17 de diciembre y donde la fórmula Juan Román Riquelme-Jorge Ameal superó ampliamente a la conformada por Andrés Ibarra-Mauricio Macri.
La primera reunión de comisión directiva que si contará con la presencia del nuevo presidente será la del 3 de enero, donde se oficializarán los nuevos cargos de los distintos departamentos del club.
Debido a la victoria de la lista oficialista en las elecciones no existirá una alta renovación de nombres en los cargos. Solamente cambiarán la mitad de los 28 vocales entre titulares y suplentes. Además, las mayoría de modificaciones estarían en los puestos que tomaría cada autoridad entrante.
Más allá de que no hay confirmación oficial, una de las vicepresidencias se le otorgaría a Silvia Gottero, esposa de Roberto Digón, el histórico dirigente que falleció en 2022 mientras ejercía la vicepresidencia tercera de la ya anterior dirigencia.
Por otra parte, algunos de los nombres que mantendrían su puesto son Ricardo Rosica -mano derecha de Román- en la secretaría general, Emiliano Algieri como prosecretario, Carlos Montero en tesorería, Orlando Giménez en legales, Adriana Bravo en Inclusión y Alejandro Desimone en básquetbol.
La renovación radicaría en sectores como el departamento de socios donde Alejandro Veiga reemplazaría a Alejandro Cosentino, vitalicios donde podría ir Alejandro González, el hombre de mayor confianza de Jorge Ameal. Igualmente, algunos puestos se mantienen en secreto y aún se desconoce quiénes pasarán a ocuparlos.
El Consejo de Fútbol seguirá en pleno contacto con Riquelme a pesar de su rol como presidente. Por ende, el manejo de la actividad seguirá ligado a Mauricio Serna, Raúl Cascini y Jorge Bermúdez.
La idea de Román es seguir en sus oficinas del Predio de Ezeiza y alguna vez, cuando se necesite, ir a su despacho en Brandsen 805, donde seguramente la función de su amigo Ricardo Rosica será fundamental para trabajar en la parte administrativa.
Justamente una de las primeras medidas que impulsarían la nueva Comisión Directiva, con el apoyo de Román, sería renombrar el Boca Predio de Ezeiza a «Predio Carlos Bianchi».
Es que consideran que el nombre del Virrey debe tomar la notoriedad que merece en el club. Es más, se piensa en hacerle un homenaje en el primer partido como local por la segunda fecha del Grupo B de la Copa de la Liga, el miércoles 3 de enero ante Sarmiento, de Junín.
Además Télam pudo averiguar con allegados de ambas partes que hubo acercamientos y una propuesta formal a Carlos Bianchi para que venga a colaborar con el Consejo de Fútbol, donde él piense que más puede ayudar, sin horarios y en los momentos que piense necesarios.
El «Virrey», el director técnico más ganador de la historia «xeneize» y del fútbol argentino, sigue pensando con sus seres más cercanos que determinación tomar.
Los dos grandes objetivos que tiene Riquelme en sus primeros cuatro años de mandato es tratar de conseguir la séptima Copa Libertadores (este año no clasificó y jugará la Sudamericana) y la remodelación de la Bombonera.
La primera de ellas era la llegada de Diego Martínez como entrenador. Y como deseaba Román desde un principio, la idea era anunciarlo oficialmente una vez que ganara las elecciones
A pocas horas del traspaso de mando, la cuenta oficial «Esto es Boca», que se encarga de anunciar los movimientos deportivos del club, confirmó la llegada del flamante entrenador. «Boca Juniors y Diego Martínez llegaron a un acuerdo. El club y el entrenador trabajan en la formalización del contrato», fue el comunicado oficial emitido por la entidad «xeneize» en su cuenta de la red social X.
El entrenador, que tiene que terminar de desvincularse de Huracán, este miércoles fue intimado oficialmente a presentarse, renunciar o rescindir, donde tenía contrato hasta el 30 de junio de 2024, por lo tanto tendrá que abonar una suma cercana a los 300 mil dólares a los dirigentes del «Globito» para formalizar esta situación, que en ese caso le permitiría ser presentado posiblemente el próximo viernes y tener su primer entrenamiento el martes de 2 de enero, en la vuelta del plantel en el predio de Ezeiza. El otro gran objetivo será la modificación y ampliación de la Bombonera.
«No vamos a cambiar La Bombonera de lugar. Por más que te vayas a otro lado, se termina nuestro club, se termina nuestra historia, se pierde todo. Y eso no puede pasar», sentenció Riquelme en la antesala de las elecciones.
Por lo pronto y para darle más lugar a los vitalicios, él cederá su palco presidencial para los socios y seguirá viendo los partidos en el suyo.
Télam