En Alemania, el número de muertos en el tiroteo registrado en la noche del jueves en una iglesia de los Testigos de Jehová sube ya a ocho, entre ellos el atacante, que era un exmiembro de esa comunidad religiosa.
Según ha trascendido de la investigación, el atacante disponía de un permiso de armas. El canciller alemán Olaf Scholz expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas:
La habitual calma del distrito de Gross Borstel, al norte de Hamburgo, se vio perturbada el jueves por la noche.
“Era bastante tarde, y de repente oímos los disparos”, relata Nadine Süssdorf, de 41 años, el día siguiente del ataque.
Algunos vecinos creyeron, como ella, que el ruido podía provenir de un enorme solar en construcción al lado de un edificio, que hace años usan los testigos de Jehová como lugar de reunión.
«Estamos atónitos ante esta violencia. Mis pensamientos están con las víctimas y sus familias en estas horas difíciles. Estamos de luto por quienes fueron arrancados tan brutalmente de la vida».
Además la policía de Hamburgo había recibido una advertencia anónima sobre el estado psiquiátrico del atacante, identificado como Philipp F.
«La persona anónima expresó en una carta que Phillip F podría sufrir una enfermedad mental, sin que esto fuera diagnosticado médicamente.», declaró Ralf Martin Meyer, comisario de policía de Hamburgo.
Las autoridades investigan si el atacante abandonó la comunidad religiosa por voluntad propia o si fue expulsado por algún tipo de disputa.
Euronews