domingo, noviembre 24, 2024

Internacionales

Episodio de extrema brutalidad policial en Memphis

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Las autoridades de Memphis publican la grabación en la que cinco agentes negros golpean salvajemente al afroamericano, que murió tres días después. Las protestas toman las calles de varias ciudades en EE UU

Al término de una semana de aplazar lo inevitable, la policía de Memphis publicó el viernes el vídeo de la paliza mortal que cinco uniformados le dieron al joven negro Tyre Nichols, de 29 años, mientras regresaba a casa de su madre el día 7.

En la serie de grabaciones, que suman una hora y combinan las tomas de las cámaras corporales de los agentes, afroamericanos como la víctima, y de una cámara de seguridad, se ve a estos —que han sido acusados, entre otros delitos, de asesinato en segundo grado— intentando reducir al sospechoso junto a su coche, antes de que el hombre, desde el suelo, logre zafarse y escapar a pie.

Varios minutos después, lo alcanzan tras una persecución y empieza la lluvia de puñetazos, porrazos y patadas, así como las descargas de las pistolas eléctricas.

La grabación más violenta, y la que da una mejor idea de lo que pasó, la recogió desde un poste una cámara de seguridad sin sonido.

En ella, se ve cómo los agentes golpean a Nichols y el cuerpo del sospechoso va de un lado a otro, maniatado, como una piñata que recibe inerme las embestidas de los agentes. Antes, se le escucha decir: “Solo estoy tratando de llegar a casa”.

En otra parte del metraje, que algunas cadenas televisivas estadounidenses han emitido en su integridad con advertencias previas de “material sensible”, el hombre está en el suelo, apoyado en el coche. Llama a su madre y gime, rodeado de policías que van de un lado a otro, comentan lo sucedido a los recién llegados e intercambian risas y gestos de complicidad mientras recuperan el resuello y esperan a la ambulancia, que tardó, eso también se sabe ahora, 22 minutos en llegar.

Tres días después, Nichols murió en el hospital. Según el atestado, le dieron el alto por “conducción imprudente”, aunque la jefa de la Policía de Memphis, Cerelyn Davis, declaró el viernes que no tenía pruebas de que el sospechoso hubiera infringido ninguna regla de tráfico.

Solo por el cargo de asesinato en segundo grado, los agentes se enfrentan a una posible condena de 15 a 60 años de prisión. Antes de ser acusados de ese y otros graves delitos, como el de asalto agravado o secuestro, a Demetrius Haley, Desmond Mills, Jr., Emmitt Martin III, Justin Smith y Tadarrius Bean ya los habían despedido del cuerpo.

En Memphis, como en otras partes de Estados Unidos, las autoridades pidieron calma en previsión de las protestas que pudiera ocasionar la publicación del vídeo. Los manifestantes salieron a las calles en la ciudad de Tennessee a la misma hora en que estaba prevista su divulgación. En Nueva York, la cita fue en Times Square, y la gente acudió con pancartas contra la brutalidad policial.

El caso ha capturado esta semana la atención nacional después de que la familia de la víctima tuviera el lunes acceso a la grabación ahora difundida.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó a los padres de Nichols para ofrecerles sus condolencias horas antes de que se publicase la grabación.

“Durante la conversación, elogió la valentía y la fortaleza de la familia”, informó la Casa Blanca. El presidente también pidió que las protestas sean pacíficas. “Como muchos de mis compatriotas, me indigna y me duele profundamente ver el horrible vídeo de la paliza que mató a Tyre Nichols”, dijo Biden en un comunicado publicado poco después de que el metraje se hiciera público.

“Es otro recordatorio doloroso del profundo miedo y trauma, el dolor y el agotamiento que los estadounidenses negros y de color experimentan cada día”.

El abogado de la familia de Nichols, Ben Crump, ha pedido que la rapidez de las autoridades a la hora de procesar a los agresores sirva de ejemplo para futuros casos de abusos policiales, aunque ha sugerido que todo ha ido más rápido esta vez porque los cinco acusados son también afroamericanos.

La muerte del joven ha reavivado el recuerdo de otros ejemplos de brutalidad policial que desataron la ira en las calles, como el de George Floyd, afroamericano que murió por asfixia a manos de un policía blanco de Minneapolis en 2020, desatando una oleada de protestas que dieron carta de naturaleza al movimiento Black Lives Matter. O el de Rodney King, al que un grupo de agentes dio en 1991 una paliza en Los Ángeles que recogieron las cámaras.

Al contrario que Nichols, King sobrevivió. A aquellos policías los absolvieron, lo que desató en 1992 varios días de disturbios callejeros en la megalópolis californiana y abrió un debate sobre los abusos de los uniformados que este país está muy lejos de haber cerrado.

En el caso de Nichols “la brutalidad fue extrema”, según había afirmado el padrastro del joven en una rueda de prensa el lunes. “Él no se merecía eso. (…)

Lo que muestra el vídeo es horrible. Ningún padre o madre debería pasar por ese dolor”. Uno de sus abogados ofreció aquel día una gráfica descripción que se abrió paso en los titulares de prensa: Nichols fue una “piñata humana para esos policías”, dijo. Tras varios días de imaginar a qué se refería, la opinión pública pudo comprobar el viernes en horario de máxima audiencia la horrible exactitud de su descripción.

El País, España