Con la inflación disparada en la eurozona, rozando el 10 %, el Banco Central Europeo (BCE) vuelve a subir los tipos de interés, en tres cuartos de punto, llegando al 2 %.
Con unas perspectivas económicas sombrías, su presidenta, Christine Lagarde, advierte de nuevas subidas «para asegurar el retorno de la inflación a su objetivo del 2 %, a medio plazo»:
«La actividad económica en la zona euro probablemente se desacelerará significativamente en el tercer trimestre del año y esperamos un mayor debilitamiento en lo que queda de año y a principios del próximo.
Al reducir los ingresos reales de la gente y aumentar los costes para las empresas, la alta inflación continúa frenando el gasto y la producción. La severa interrupción en el suministro de gas ha minado rápidamente la confianza de los consumidores y las empresas, lo que también está pesando sobre la economía».
Los consumidores se enfrentan desde hace meses a precios récord de los combustibles y la energía y, ahora, muchos verán aumentar las hipotecas de sus viviendas.
«Es un coste adicional, un coste bastante considerable para algunos, sin duda, y hay que tener en cuenta que las economías europeas ya se están desacelerando bastante y hay previsiones de recesión para los próximos meses y posiblemente para 2023.
Pero cuando se observa lo que está pasando en este momento, la confianza del consumidor está cayendo. Los últimos datos sugieren que la confianza de consumidores y empresas está bajando.
Aumentar los tipos, no ayuda», explica Vicky Pryce, asesora económica principal, CEBR (Centro de Investigación Económica y Empresarial).
No se espera que los costes bajen mientras la guerra en Ucrania mantenga altos los precios del combustible.
En cuanto a los tipos, las condiciones globales adversas podrían obligar al BCE a más subidas en 2023.