Una vez más el papa Francisco, en nombre de la «cultura del encuentro» y de la proximidad, apoya y anima las iniciativas pastorales a favor de las personas LGBT.
«Os animo a seguir trabajando en la cultura del encuentro, que acorta las distancias y nos enriquece con nuestras diferencias, como hizo Jesús, que se hizo cercano a todos», escribe el Pontífice en un breve mensaje en español en respuesta a una carta que le envió el padre jesuita James Martin, quien realiza su apostolado entre las personas LGBT, con motivo del evento «Outreach» («Concienciación») que este año se pudo realizar en presencia y virtualmente.
El mismo religioso lo hizo saber en un tuit. El Papa -informa Vatican News- observa que lo más precioso es lo que sucede en los encuentros interpersonales: «De hecho, la pandemia nos ha empujado a buscar alternativas para cerrar la brecha. También nos ha enseñado que hay cosas insustituibles, incluso la capacidad de mirar ‘cara a cara’, incluso con aquellos que piensan diferente o con quienes las diferencias parecen separarnos o incluso contrastarnos. Cuando superamos estas barreras, nos damos cuenta de que hay más cosas que nos unen que las que nos separarnos», señala Francisco.
Luego concluye: «Os aseguro mi oración. No dejéis de orar por mí. Que Jesús os bendiga y la Santísima Virgen os cuide.
Fraternalmente vuestro, Francisco».
En otras ocasiones, el Papa Bergoglio ha escrito al Padre Martín -uno de los prelados más comprometidos a favor de la causa gay, director de la revista América, a quien ha nombrado consultor del Dicasterio Vaticano para la Comunicación-, invitándolo a transmitir el » estilo» de Dios a las personas LGBT.
«Cercanía, misericordia y ternura», es la consigna. «Dios es Padre y no niega a ninguno de sus hijos», dijo Francisco, quien frente a un católico LGBT que ha vivido el rechazo de la Iglesia le gustaría que lo reconociera no como «el rechazo de la Iglesia», sino de «las personas en la Iglesia» porque «la Iglesia es madre y llama a todos sus hijos», sin distinción.
«Una Iglesia selectiva, de pura sangre -dijo el Pontífice- no es la Santa Madre Iglesia, sino una secta».
Y del célebre «¿Quién soy yo para juzgar?», dirigido a los homosexuales que «buscan a Dios» y «tienen buena voluntad», y que data del verano de 2013 -en el vuelo de regreso del viaje a Río de Janeiro- por lo tanto en los primeros meses de su pontificado, sigue existiendo una nueva apertura del Papa hacia los homosexuales.
Para el Pontífice, la Iglesia es «madre» y no excluye a nadie, y el «estilo de Dios» es el de la misericordia y la ternura: nadie puede permitirse decir que incluso los homosexuales no son «sus hijos» e «hijos de la Iglesia».
FUENTE: ANSA.