Por Itai Agur , Xavier Lavayssière y Germán Villegas Bauer
Cómo las criptomonedas y las CBDC pueden usar menos energía que los sistemas de pago existentes.
El diseño consciente del medio ambiente puede marcar una gran diferencia en la eficiencia energética de las monedas digitales.
La mayoría de los bancos centrales del mundo ya acordaron que deberían ayudar a combatir el cambio climático , un desafío crítico que requiere reducciones tanto en el consumo de energía, que es nuestro enfoque aquí, como en las emisiones de carbono asociadas con la energía consumida.
Para cumplir con estos objetivos, es importante prestar atención a la energía utilizada por los sistemas de pago que los bancos centrales regulan y supervisan. Las autoridades monetarias ahora tienen una oportunidad única para mejorar la eficiencia, ya que la forma en que la gente paga está experimentando cambios rápidos en todo el mundo. Las monedas digitales, desde los criptoactivos hasta las monedas digitales del banco central , pueden desempeñar un papel en la transformación que prevén los formuladores de políticas.
Con el deseo de limitar el consumo de energía surge la necesidad de comprender qué lo impulsa. Los formuladores de políticas confrontan a los investigadores como nosotros con varias preguntas que aún deben explorarse por completo. Estos incluyen cómo los criptoactivos se comparan con los sistemas de pago existentes, qué factores influyen en el uso de energía de las redes y cómo la nueva tecnología puede hacer que los pagos sean más limpios y ecológicos.
La elección importa
La cobertura de noticias de las monedas digitales y la energía a menudo destaca a Bitcoin, que es tristemente célebre por su dependencia de la electricidad y la potencia informática en bruto. Nuestro nuevo documento va más allá de estas discusiones al establecer los principales componentes y opciones tecnológicas que determinan el perfil energético de las monedas digitales.
Nos basamos en estimaciones académicas y de la industria para comparar las monedas digitales entre sí y con los sistemas de pago existentes. Esta investigación se encuentra en la intersección de las monedas digitales y el cambio climático, dos temas importantes para los formuladores de políticas, y las conclusiones son especialmente pertinentes para muchos bancos centrales que planean nuevas monedas digitales al mismo tiempo que consideran su impacto ambiental. Nuestra investigación muestra cómo las opciones de diseño tecnológico para las monedas digitales marcan una gran diferencia en su consumo de energía.
Según los detalles específicos de su configuración, las CBDC y algunos tipos de criptoactivos pueden ser más eficientes energéticamente que gran parte del panorama de pago actual, incluidas las tarjetas de crédito y débito. Las tarjetas de crédito y débito son importantes para la comparación porque representan aproximadamente las tres cuartas partes de las transacciones sin efectivo, según las estadísticas más recientes del Libro Rojo del Banco de Pagos Internacionales.
Examen más profundo
Nuestras conclusiones sobre la eficiencia energética se derivan de una mirada detallada a las nuevas tecnologías que están sacudiendo la forma en que los consumidores globales hacen compras y envían dinero. Las monedas digitales a menudo se basan en libros de contabilidad distribuidos para validar y registrar transacciones. En esos casos, la cantidad de energía que consumen depende principalmente de dos factores:
- El primero es cómo los participantes de la red acuerdan los historiales de transacciones. Algunos activos criptográficos como Bitcoin utilizan un mecanismo de consenso de prueba de trabajo que necesita un poder de cálculo y energía sustanciales para obtener el derecho de actualizar el seguimiento de la transacción. Otros tipos de criptografía utilizan diferentes enfoques para sus actualizaciones de libros mayores que no requieren tanta capacidad informática.
- El segundo es el acceso a los sistemas de contabilidad distribuida. Algunos de estos no requieren permiso, lo que permite que cualquier persona se una y valide las transacciones. La entrada a otros requiere el permiso de una autoridad central, lo que ofrece un mayor control sobre aspectos clave del consumo de energía, como la cantidad de participantes en la red, su ubicación geográfica y las actualizaciones de software.
Nuestro estudio del uso de energía de las monedas digitales se basa en estimaciones académicas y de la industria para diferentes tecnologías de procesamiento. La investigación muestra que la criptografía de prueba de trabajo utiliza mucha más energía que las tarjetas de crédito. Reemplazar la prueba de trabajo con otros mecanismos de consenso es un primer paso verde para las criptomonedas, y el uso de sistemas autorizados es un segundo. Juntos, estos avances sitúan el consumo de energía de las criptomonedas muy por debajo del de las tarjetas de crédito.
Pero hay más en los sistemas de pago que las tecnologías de procesamiento. El uso total de energía varía según la tecnología, el tamaño de la cadena de pago y otras características adicionales.
Consideraciones como estas resuenan con los bancos centrales considerando las monedas digitales. Muchos proyectos de CBDC se basan en sistemas de contabilidad distribuida de eficiencia energética en los que solo las instituciones autorizadas, como los bancos comerciales, pueden unirse y validarse sin prueba de trabajo.
También se están considerando otras opciones que no cuentan con registros distribuidos, y algunas de ellas se consideran prometedoras desde el punto de vista del consumo de energía.
Eso significa que las CBDC tienen el potencial de reducir las necesidades de energía para los pagos digitales e incluso ser más eficientes energéticamente que las redes de tarjetas de crédito que ahora se usan ampliamente.
Las CBDC todavía están en sus inicios, y es difícil saber qué tan lejos y qué tan rápido podrían llegar, pero está claro que los bancos centrales adoptarán nuevas tecnologías que impactarán en el uso de energía. Su potencial de ahorro de energía dependerá del uso asociado con otras características de diseño que se pueden agregar para el cumplimiento, para ayudar a la seguridad y la integridad, o para facilitar el acceso universal.
Por ejemplo, algunos bancos centrales están considerando si las CBDC deberían ser accesibles a través de tarjetas físicas, como las tarjetas de crédito.
Los pagos con tarjeta usan más energía que aquellos con billeteras digitales, que es como se realizan la mayoría de las transacciones criptográficas. Pero las tarjetas pueden ayudar a la adopción y la inclusión, particularmente cuando la alfabetización digital o la conectividad de la red móvil son una preocupación.
A medida que los sistemas de pago utilizan cada vez más libros de contabilidad distribuidos, hay un caso claro para aquellas opciones más eficientes en energía que están autorizadas y no dependen de mecanismos de prueba de trabajo.
Y aunque el debate sobre el futuro del dinero todavía está en sus primeras etapas, el uso de energía es solo una entre muchas consideraciones. Los formuladores de políticas deben sopesar las necesidades energéticas junto con otros beneficios y riesgos cuando diseñen CBDC o consideren el entorno regulatorio para las criptomonedas .