España tiene pienso para la alimentación animal para solo seis semanas. El Ministerio de Agricultura flexibilizó los requisitos para importar maíz de Argentina y Brasil, vetados por el uso de transgénicos y fitosanitarios.
Las voces de alerta se repiten en el campo español. La guerra entre Rusia y Ucrania ha paralizado buena parte de la importación de maíz, clave para la fabricación del pienso que come el ganado. «Tenemos alimentos para un mes. Estamos preparando planes de contingencia para sacrificar animales», advirtió en las últimas horas Alfonso Gálvez, vocero de la Cámara de Comercio de Murcia.
Según los cálculos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, España tiene pienso (forraje) para solo seis semanas. El stock que queda está almacenado en el puerto de Tarragona.
«En este momento, ni un solo barco con cereal navega por el Mar Negro con destino a nuestro país, una circunstancia que hará que en cinco o seis semanas España se quede sin la mayor parte del pienso que hasta ahora se utilizaba para alimentar el ganado», aclaró José Manuel Roche, secretario de Relaciones Internacionales de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).
Desde hace días, el ministro de Agricultura, Luis Plana, gestiona con la Comisión Europea la «flexibilización de mecanismos de importación» de aquellos países que hoy están vetados por el uso de transgénicos y fitosanitarios no permitidos en la UE, entre los que se encuentra Argentina.
La decisión tiene calado histórico y trae ecos de la primera y segunda guerra mundial, cuando Argentina se convirtió en un exportador clave de alimentos a Europa. Aún lejos de aquella situación, la proyección de una mayor demanda europea ya está disparando los precios de los granos y abrió en la Argentina un durísimo debate político por la intención del gobierno de Alberto Fernández de imponer más retenciones (impuestos) a las exportaciones agrícolas, para sumar recaudación e intentar «desacoplar» el precio internacional de las materias primas del precio interno de los alimentos, en un marco de altísima inflación.
«Necesitamos poder comprar maíz a terceros países, en particular Argentina. Tenemos stock disponible pero necesitamos hacer compras en terceros países en los próximos 60 días», reclamó Plana desde Bruselas.
Las gestiones del ministro dieron su fruto. A última hora de este lunes, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publicó una resolución por la que se flexibilizan «temporalmente» los requisitos específicos para la importación de maíz de Argentina y Brasil.
Necesitamos poder comprar maíz a terceros países, en particular Argentina. Tenemos stock disponible pero necesitamos hacer compras en terceros países en los próximos 60 días. Luis Plana Ministro de Agricultura
«Esto facilitará la entrada en España de materias primas destinadas a la alimentación animal que suplan la paralización de las importaciones de Ucrania por la situación de guerra en la que se encuentra este país tras la invasión rusa», explica la resolución.
España, por disposiciones de la UE, cerró el mercado de maíz argentino en 2007 por dos insecticidas usados en la cosecha, el fenitrotión y el diclorvós. Las importaciones desde este país sudamericano lograron alcanzar el millón de toneladas anuales décadas atrás.
En 2019, el flujo de maíz entre ambos países estuvo a punto de reflotarse luego de que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de la Argentina sacase de circulación algunos de esos pesticidas. Pero el mercado nunca se volvió a abrir.
No es la primera vez que Europa utiliza argumentos sanitarios para imponer en los hechos barreras para arancelarias a productos agrícolas de Sudamérica. Con esta flexibilización de requisitos, el maíz argentino suplirá gran parte de las importaciones de Ucrania, segundo suministrador de España, con un volumen medio por temporada de 2,7 millones de toneladas, el 22% de las compras de este producto en el exterior.
En este sentido, Gustavo Idigoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales de Argentina (Ciara-CEC), confirmó que su país tiene un «amplio suministro de maíz» para cubrir cualquier déficit en España.
Para avalar esta flexibilización -que también incluye al mercado de Brasil-, la Asociación Española de Comercio Exterior de Cereales y Productos Análogos (AECEC), realizó un «análisis de riesgos en relación a diez productos fitosanitarios», de los cuales seis «no presentan ningún problema a la luz de la legislación actual».
Esta medida resuelve los problemas técnicos planteados por el sector importador y ofrece al mismo tiempo certidumbre y flexibilidad, sin poner en riesgo la seguridad alimentaria
Resolución Ministerio de Agricultura
Para los cuatro restantes, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación acordó «establecer un límite superior de acuerdo con el citado análisis de riegos, en aplicación del artículo 18 del Reglamento 396/2005, relativo a los límites máximos de residuos de plaguicidas en alimentos y piensos de origen vegetal y animal».
«Esta medida resuelve los problemas técnicos planteados por el sector importador y ofrece al mismo tiempo certidumbre y flexibilidad, sin poner en riesgo la seguridad alimentaria. De esta forma, el sector importador puede comprar maíz para la alimentación animal en los principales países productores del mundo y, con ello, garantizar el enlace en el suministro del sector ganadero en España», concluye la resolución publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
FUENTE: LPO