Se conformó una mesa de diálogo entre los actores del sector con el objetivo de garantizar la «paz social». Bahía Blanca y Quequén se convirtieron en «estratégicos» ante la baja del Paraná.
La importancia y notoriedad que cobraron los puertos del sur de la provincia de Buenos Aires a partir de la histórica bajante del río Paraná hizo que varios actores del sector comiencen a entablar negociaciones para evitar que se reiteren bloqueos y piquetes en dichas terminales.
La semana pasada, Mario Pereyra, líder del Sindicato Único de Fleteros (Siunfletra), mantuvo una extensa reunión con el presidente del directorio del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, Federico Susbielles, para intentar sellar un compromiso de «paz social».
«Es necesario poner todo el esfuerzo en lograr una actividad portuaria libre de conflictos que contemple el crecimiento de todos los eslabones de la cadena», dijo Pereyra. «Como representantes del sector debemos garantizar el perfecto funcionamiento de las exportaciones», agregó.
El encuentro se produjo después de los bloqueos registrados a principios de agosto, no sólo en Bahía Blanca, sino también en Quequén, que imposibilitó el tránsito de camiones y la descarga de mercadería a esos puertos frenando casi por completo el flujo de las exportaciones de granos.
Por esa protesta se acumularon más de 11.000 camiones y unos 40 buques quedaron varados en el Puerto de Bahía Blanca. La medida de fuerza comprometió, además, el ingreso de unos 400 millones de dólares y terminó en una denuncia penal contra los transportistas autoconvocados.
Tanto Pereyra como Susbielles saben que el hecho de que se puedan eventualmente repetir las protestas y bloqueos pondría en jaque al comercio exterior argentino. En los últimos dos meses un 30% de las exportaciones se realizaron por Bahía Blanca y Quequén, un récord histórico.
Esta cifra, según estiman los analistas, podría crecer aún más si se agrava la bajante del río Paraná y se concretan, finalmente, los pronósticos de ocurrencia del fenómeno «La Niña» (sequía) previsto para el último trimestre de este año y el período enero/marzo del 2022 en Sudamérica.
La idea de los representantes de los puertos y de los transportistas es conformar una mesa de diálogo permanente entre las partes con el objetivo de ir monitoreando el estado de situación y evitar llegar a la instancia de los bloqueos y piquetes en los puertos del sur bonaerense.
El tema es tan delicado que, incluso, los intendentes de Bahía Blanca y Necochea tomaron cartas en el asunto. Héctor Gay y Arturo Rojas apoyaron la mesa de diálogo, conscientes de que el aumento de la actividad de los puertos se traduce en mayor movimiento económico para ambas ciudades.
Un dato no menor es que en los últimos días finalizó la siembra de granos finos (trigo y cebada) de la campaña 2021/2022, marcando un nuevo récord histórico de 8,25 millones de hectáreas. Buena parte de esos cultivos se producen, justamente, en la zona sudeste de la provincia de Buenos Aires.
En el Gobierno, en tanto, siguen con atención el tema ya que necesitan garantizar la liquidación de dólares de los agroexportadores de cara a la segunda mitad del año. En los primeros siete meses la liquidación de divisas del sector asciende 20.179 millones de dólares y podría ser récord en 2021.
El presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Daniel Nasini, tomó nota y reclamó la eliminación de todo tipo de restricciones a las exportaciones para «sentar las bases del despegue nacional». «Nuestro país carece de una normativa que proporcione reglas claras y estables», apuntó.