En este sentido, resaltó que “esta crisis permite buscar el lado positivo de la situación para reducir la jornada de trabajo” y resaltó que “las ocho horas diarias, o 48 semanales” es una medida de “hace 100 años».
Recalde dijo que la situación “tiene que avanzar no sólo en beneficio del trabajador sino también del empleador. Para este, también puede ser una situación beneficiosa, puesto que “la jornada extensa hace que se disminuya la productividad, y esto puede llevar a disminuir los accidentes de trabajo”.
En relación al consumo, enfatizó que «el mercado interno tiene una capacidad de absorber el 80 % del PBI, y al bajar la jornada de trabajo, con poder adquisitivo, esto se refleja en un mejoramiento de los servicios, la productividad”
Llamó a modificar la ley de jornada de trabajo. Recalcó que «cuando fui diputado no lo logré pero propuse bajar de 48 a 45hs. De este modo, «se está redistribuyendo el trabajo para quienes no lo poseen, otorgando puestos a quienes no tienen».
Expresó que ante la reticencia, aprovechar que «tenemos un gobierno que responde a estos principios y el parlamento tome estas medidas».
Con respecto al teletrabajo acentuó que “es muy difícil que un trabajador se niegue a una llamada de su empleador que hace por fuera de su horario de trabajo”. Resaltó que «mezclar la vida doméstica y familiar, no es muy razonable, quizás algo intermedio sería un mix entre teletrabajo y presencialidad
Sobre el consentimiento del trabajo señaló que “hoy en día no se puede hablar del ejercicio libre de la voluntad del trabajador en su negociación mano a mano con el empleador, tiene que intervenir el sindicato o el Estado porque no existe el derecho del trabajador, por sí mismo, para ello está el artículo 14 bis de la Constitución», finalizó.