En la cumbre europea, los 26 países toman la línea del primer ministro italiano, Mario Draghi, sobre la necesidad de acelerar las vacunas penalizando a las grandes farmacéuticas que incumplen los suministros.
Y, con la apertura de Angela Merkel, encontraron un primer acuerdo para la luz verde a los pasaportes de vacunas, esos certificados que permitirán a quienes hayan recibido las dosis moverse y viajar.
Dichos certificados deben hacerse dentro de tres meses, según el compromiso político.
Con 51,5 millones de dosis de vacunas distribuidas en toda la Unión Europea a finales de febrero, y sólo el 8% de los europeos que recibieron al menos su primera inmunización, los Jefes de Estado y de Gobierno pidieron a la Comisión que adopte una postura más rígida en la aplicación de controles de exportación para aquellas empresas farmacéuticas que no respeten los acuerdos.
«No será un bloque de exportación», dijo Emmanuel Macron, «porque eso conduciría a una fragmentación de la producción mundial». Pero la forma es sancionar a quienes no respeten las entregas.
Un mensaje claro para AstraZeneca, que parece haber favorecido a Reino Unido e Israel, en detrimento de la Unión, y que se dice que tiene varios millones de dosis en manos de intermediarios dispuestos a servir al mejor postor.
Por otro lado, las justificaciones del consejero delegado Pascal Soriot, que confirmó la distribución de tan solo 40 millones de dosis para marzo y la tijera del 60%, han asestado un nuevo golpe a la paciencia de los dirigentes.
El objetivo, como reafirmó la presidenta del Ejecutivo Comunitario, Ursula Von der Leyen, sigue siendo inmunizar al 70% de la población adulta, o a 255 millones de personas para fines del verano, pero los gráficos presentados sobre las dosis que se espera sean entregadas en el segundo y el tercer trimestre, como apunta Draghi, no son tranquilizadores, porque no ofrecen certezas.
Von der Leyen ilustró una tabla codificada por colores pero sin numeración, según la cual la entrega de algo cercano de 600 millones de dosis de vacunas confirmadas, por confirmar y aún por autorizar, podría lograrse en el segundo trimestre.
Y el número en el tercer trimestre debería ascender a alrededor de mil quinientos millones, pero siempre entre lo decidido, y los sueros aún por aprobar.
En cambio, se necesita la fecha de las entregas, como se señala en la declaración conjunta de los 27, instando a «una aceleración en la autorización, producción y distribución» de los sueros, con el aval del trabajo realizado por el grupo de trabajo dirigido por el comisionado Thierry Breton, que tiene como objetivo ampliar el número de plantas que participan en la cadena de suministro, actualmente 41 «Los pasos hacia adelante ya se pueden ver, con las nuevas producciones de BioNtech en Austria y Alemania.
En particular, la fábrica de Marburg podría alcanzar la producción de mil millones de dosis en julio», anunció Von der Leyen.
Y precisamente en lo que respecta a la fabricación, según un mapa presentado por el presidente, Italia podrá jugar un papel protagonista, con dos sitios para el llenado y acabado’, la confección de productos inyectables.
«Necesitamos apresurarnos más con las inmunizaciones para frenar la propagación de variantes», insistió Draghi, y recordando los ejemplos de Reino Unido y Estados Unidos, que mantienen sus vacunas ajustadas, preguntó por qué Europa no hace lo mismo.
En esta estela, mientras brindaba su apoyo a Covax, la herramienta para el acceso global a las vacunas anti-Covid, el primer ministro italiano destacó el problema de la credibilidad ante los ciudadanos europeos, que no entienden las donaciones en este momento en el que la Unión aún está demasiado atrás con sus inmunizaciones.
En cuanto a la cuestión del pasaporte Covid-19, como subrayó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a pesar de que quedan varias preguntas, el camino está abierto.
El objetivo es evitar «medidas unilaterales», como las propuestas por el canciller austriaco, Sebastian Kurz, y por el griego Kyriakos Mitsotakis.
Ahora se necesitarán tres meses para el desarrollo técnico de un sistema interoperable europeo, la base necesaria para que un pase vuelva a viajar y para dar un soplo de aire fresco a las economías que viven del turismo, con los países del sur a la cabeza. (ANSA).