Tal y como se recoge en la infografía y el vídeo animado que se han elaborado, numerosos estudios científicos demuestran que un nivel adecuado de vitamina D favorece la protección frente a infecciones respiratorias víricas.
La Organización Colegial de Enfermería (CGE) ha ofrecido una serie de recomendaciones para incrementar y mantener los niveles de vitamina D, como exponerse a la luz solar unos 20 minutos al día, al aire libre o cerca de una ventana, e ingerir alimentos ricos en esta sustancia, como huevos, lácteos, pescado azul o aguacate.
«Con gran parte de la población todavía confinada en sus domicilios, especialmente las personas mayores, desde la Organización Colegial de Enfermería volvemos a hacer un ejercicio de servicio público, esta vez sobre la importancia de incrementar y mantener unos niveles adecuados de vitamina D, que tan vital es para la regulación de nuestro sistema inmunológico. Una vitamina que necesita del sol para su síntesis y activación», explica su presidente, Florentino Pérez Raya.
También se encarga de la absorción del calcio y del fósforo y es indispensable para la formación de los huesos y el control de los sistemas nervioso y muscular.
Por otro lado, el déficit de vitamina D puede suponer mayor riesgo de carcinoma renal. También se relaciona con mayores complicaciones en pacientes con VIH y puede producir mayor riesgo de afecciones de la piel en esclerosis sistémicas. Incluso se ha relacionado con el Covid-19,en la Universidad de Turín (Italia) se han hecho estudios en los que se ha podido observar que pacientes geriátricos con Covid-19 tenían bajos niveles de vitamina D.
«Aunque no se puede afirmar que la vitamina D previene el Covid-19, sí es cierto que esta sustancia esencial en los niveles adecuados, tiene muchísimas propiedades beneficiosas para el organismo. Entre ellas, el refuerzo del sistema inmunitario, logrando que los glóbulos blancos maduren antes, de ahí que sea muy beneficiosa para los procesos infecciosos por hongos, virus o bacterias», detallan.
Dado que la vitamina D necesita de la radiación ultravioleta del sol para su activación, lo primero que se recomienda desde la Organización Colegial de Enfermería es la exposición a la luz solar durante aproximadamente 20 minutos diarios y, si no es posible al aire libre, al menos, estar cerca de una ventana.
Para mantener unos «niveles adecuados se pueden ingerir alimentos que sean ricos en vitamina D como pueden ser los huevos, los lácteos, el aguacate o el pescado azul, pero sin sobrepasar las cantidades recomendadas para no producir otros problemas para la salud, especialmente en personas con obesidad».
«También se pueden ser necesario tomar suplementos vitamínicos, pero siempre bajo prescripción sanitaria», subrayan. Finalmente, se recuerda que las personas mayores necesitan un mayor aporte diario.