Decenas de miles de personas volvieron a protestar este jueves contra las desigualdades en Chile, en un estallido social con enfrentamientos que ya han dejado 19 muertos y denuncias de abusos de derechos humanos que motivaron el envío de una misión de la ONU para investigar.
Ante la multiplicación de denuncias sobre la acción de los militares que desde el sábado fueron desplegados en las calles, la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, anunció el envío de «una misión de verificación para examinar» la situación en el país.
La muerte de un ciudadano peruano que había sido herido el martes durante un saqueo en el sur de la capital chilena, elevó a 19 el número de muertes desde que comenzó la ola de violencia hace casi una semana, informó la Fiscalía chilena.
En tanto, la cifra de detenidos se redujo a 735, desde 979 del día anterior. Los disturbios, saqueos e incendios -registrados especialmente en zonas periféricas de Santiago- disminuyeron, pero siguen registrándose incidentes en varios puntos del territorio.
Los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad se mantuvieron en los puntos álgidos de las protestas, como la céntrica Plaza Italia.
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y una veintena de organizaciones sociales habían convocado a una segunda jornada de paralización el jueves, pero muchos acudieron a sus trabajos y el comercio abrió tímidamente sus puertas. Por la tarde, varios cerraron más temprano de lo habitual.
«Los problemas se han arrastrado en el tiempo, con todos los partidos políticos es lo mismo (…) Lo único es protestar. He venido desde hace tres días y voy a seguir protestando», dijo a la AFP Pamela Rosas, de 26 años.
El canto «Piñera, escucha, andate a la chucha (diablo)», tomaba fuerza en las calles.
La agitada jornada fue sumiéndose en una mayor calma hacia la noche, cuando Santiago y otras 11 de las 16 regiones de Chile quedaron nuevamente bajo el sexto toque de queda consecutivo.
Militares y policías iniciaron el patrullaje por las calles de la capital, en medio de cacerolazos que se extendieron por casi una hora, mientras que en algunas calles aún humeaban barricadas.
AFP / Tatiana MagarinosGráfico con algunas razones que provocaron las protestas masivas desde hace seis días en Chile, en el peor estallido social en al menos tres décadas en el país
En un intento por descomprimir las tensiones, el presidente Sebastián Piñera informó la intención de avanzar en un plan para terminar con los toques de queda, impuestos por primera vez desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), aunque esa medida volvió a decretarse este jueves.
«Estamos trabajando en un plan de normalización de la vida de nuestro país», dijo el mandatario en un mensaje a la prensa.
El canciller chileno, Teodoro Ribera, confirmó por su parte que el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) tendrá lugar el 16 y 17 de noviembre en Santiago, tal como estaba previsto.
Custodiadas por el ejército, tres líneas del metro metropolitano funcionan parcialmente junto a 6.000 autobuses. El viernes se sumarán algunas estaciones de otras dos líneas del subterráneo, dañado por ataques incendiarios.
– Misión Bachelet –
Las protestas continúan mientras aumentan las denuncias de abuso de los agentes del Estado. Cinco de las 19 muertes ocurridas en el estallido social fueron a manos de las fuerzas del Estado.
Un último reporte del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) contó, además, 584 heridos, 245 de ellos por armas de fuego.
Frente a los cuestionamientos, el ministro de Defensa, Alberto Espina, afirmó que los militares actuaban para proteger los derechos humanos de los chilenos, y no para violarlos.
José Miguel Vivanco, director de la división de las Américas de Human Rights Watch, también fue invitado a Chile por el presidente Piñera.
El padre de la alta comisionada de la ONU fue detenido y torturado tras oponerse al golpe de Pinochet y murió en la cárcel en 1974, y ella también fue torturada antes de exiliarse.
– La tensión no cede –
Las manifestaciones por el boleto del metro han derivado en un movimiento mayor, heterogéneo y sin un liderazgo identificable, que pone sobre la mesa otras demandas, principalmente un aumento de las bajas pensiones del sistema privado, heredado de la dictadura.
AFP / Martín BernettiUna voluntaria atiende a una manifestante afectada por el gas lacrimógeno el 23 de octubre de 2019 en Santiago
«Esto ya es el reclamo de todo un país, nos cansamos», gritaba una manifestante en medio de un caceroleo en Santiago.
El anuncio de medidas por parte del presidente Piñera el martes y su «perdón» parecen no haber surtido efecto.
El gobierno prometió mejorar las pensiones de los más pobres, aumentar impuestos para ciudadanos de mayores ingresos y disminuir las dietas parlamentarias y los altos sueldos públicos, además de congelar un alza del 9,2% en la electricidad.
«Esperábamos que este momento de conflicto social aumentara la sensibilidad, pero son las mismas propuestas de hace meses», lamentó Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico, también presente en las movilizaciones.
Los mercados se mostraron optimistas y la Bolsa de Santiago cerró en alza (+2,13%).