El presunto asesinato de un político proinmigración a manos de un simpatizante neonazi constituye una «señal de alarma» para Alemania, advirtió este martes el ministro del Interior, ante el temor de un brote de terrorismo de extrema derecha.
«Un atentado de extrema derecha contra un representante de alto rango de nuestro país constituye una señal de alarma», declaró Horst Seehofer en rueda de prensa en Berlín.
Este asesinato marca una «nueva dimensión» en los actos cometidos en estos últimos años por miembros de la ultraderecha en el país y va dirigido contra el «sistema democrático» en su conjunto, agregó el ministro conservador bávaro. Se trata de un «peligro creciente» procedente de los extremistas de derecha violentos, aseguró.
La fiscalía antiterrorista anunció la víspera el arresto de un hombre de 45 años vinculado al movimiento neonazi. Es sospechoso de haber abatido a principios de junio a Walter Lübcke, un político de Kassel (oeste) miembro del partido conservador de Angela Merkel.
Los fiscales hablan de un «atentado político». La canciller dijo que se trataba de una noticia «deprimente».
El ministro del Interior señaló que este sospechoso -que se niega a responder a las preguntas de la policía- no había dado pruebas de su activismo desde 2009, y había desaparecido de los radares de la policía. En estas condiciones, la justicia sigue investigando «en todas direcciones».
Los investigadores estarían ahora tras la pista de posibles cómplices, informó este martes por la noche el diario Süddeutsche Zeitung.
Los investigadores, que habían descartado el lunes la hipótesis de un grupo organizado, se apoyan en el testimonio de un hombre que habría visto dos vehículos circular a toda velocidad por la ciudad unos minutos después de haberse escuchado el disparo.
«Una nueva RAF»
«Lo más sorprendente en esta historia es hasta qué punto, cada vez que ocurre, sorprende que los extremistas de derecha cometan los delitos más graves en el país», dice por su parte el diario Süddeutsche Zeitung en su editorial de este martes.
AFP / John MacDougall. El ministro Horst Seehofer, tras la rueda de prensa sobre el asesinato de Walter Lübcke que dio este martes 18 de junio en Berlín
Como si nada hubiera pasado antes: un atentado con cuchillo contra la alcaldesa de Colonia Henriette Reker en 2015, y dos años después contra el alcalde de Altena, Andreas Hollstein. Ambos, defensores de una política generosa de acogida de los migrantes, como Walter Lübcke, sobrevivieron por poco a los ataques
Y también deben tenerse en cuenta los asesinatos perpetrados por el grupúsculo neonazi alemán NSU, responsable del asesinato de una decena de migrantes en Alemania a principio de los años 2000.
Alemania se enfrenta a una «nueva RAF», una «RAF oscura», alerta el diario, en referencia al grupo terrorista de extrema izquierda Fracción del Ejército Rojo, activo entre 1968 y 1998.
Las autoridades han registrado a más de 12.700 extremistas de derecha considerados peligrosos.
Markus Nierth, exalcalde de Tröglitz, una localidad de la antigua RDA, donde la extrema derecha política obtiene sus mejores resultados, dice tener todavía «mucho miedo», después de haber sido amenazado hace tiempo.
Con la muerte de Walter Lübcke, «ha saltado en pedazos una barrera fundamental, los terroristas de extrema derecha probablemente realizaron lo que soñaban», dijo al Berliner Zeitung.
El odio en internet
Para muchos responsables políticos, el avance del partido de extrema derecha «Alternativa para Alemania» (AfD) en las legislativas de 2017 y las provocadoras declaraciones antiinmigrantes de varios de sus políticos liberaron las inhibiciones de algunos y han contribuido al aumento de los delitos xenófobos o antisemitas.
Para Michael Brand, diputado conservador, hay un vínculo directo: «el odio y las denigraciones de estos últimos años hicieron posible» el asesinato de Lübcke, dijo este martes.
El jefe de Estado, Frank-Walter Steinmeier, puso de relieve la relación entre los comentarios vengativos y la violencia. «Cuando el lenguaje se transforma en brutal, el delito no está lejos», dijo, recordando los innumerables comentarios en las redes sociales en los que sus autores se alegran por la muerte de Lübcke.
La AfD salió este martes de su silencio para «condenar al más alto nivel cualquier violencia de la extrema derecha» y denunciar esta «muerte odiosa».