Una verdadera «indigestión» de plástico diaria con más de 100 partículas minúsculas de ese
Desde los muebles a los tejidos sintéticos de la casa, las minúsculas partículas de plástico terminan en el polvo doméstico y, con estas, «aterrizan» en el plato.
Es lo que emerge en la investigación publicada en la revista Environmental Pollution realizada por la universidad Heriot-Watt de Edimburgo.
El descubrimiento, sorprendente, se produjo de un modo simple: los estudiosos colocaron en las placas de Petri (los típicos paltos de vidrio usados en los laboratorios para el cultivo celular) cerca a los platos en los cuales se consumían las comidas en tres viviendas. Especiales «trampas» de polvo en el interior de las placas que permitieron contar hasta 14 fragmentos minúsculos de plástico (microplásticas) al final de una comida de 20 minutos, el equivalente a 114 fibras de plástico sobre un plato más grande.
Ello significa que en un año en el estómago de cada individuo pueden terminar, sin saberlo, hasta 68.415 fibras de plástico potencialmente peligrosas.
Coordinado por Ted Henry, el grupo de investigación luego pudo comparar las fibras de plástico con las que se depositan en los platos.
Surgió así que en cada molusco hay cerca de dos fragmentos de plástico que pueden provenir del ambiente marino: una cantidad que, en base a los consumos británicos, es comparable a más de 100 microplásticos ingeridos en un año.
Ahora el desafío es comprender de dónde llegan los micropásticos que terminan en los platos con el polvo. Según los investigadores, es probable que provengan de la misma casa o del ambiente inmediatamente externo, mientras excluyen que lleguen con los alimentos. (ANSA).
