Una mayoría de ciudadanos latinoamericanos si bien celebran la democracia en la región muestran un alto grado de insatisfacción sobre su funcionamiento y objetan la gestión de sus gobernantes, según los resultados del reputado sondeo Latinobarómetro 2017.
De acuerdo a la encuesta, realizada en 18 países latinoamericanos, 53% de sus habitantes cree que la democracia es preferible a cualquier otra forma de Gobierno, aunque ese nivel está ocho puntos por debajo del «pico» registrado en 2010.
Según Marta Lagos, directora de la consultora de opinión pública que realizó la investigación, la mejor percepción que había siete años atrás coincidía con la presencia de «híper presidentes», con altos niveles de aprobación.
Llamativamente tan solo 5% de los consultados dijo que en su país había «democracia plena» y sólo un tercio se mostró satisfecho con el funcionamiento de la democracia.
Un 75% consideró que su nación está gobernada por unos cuantos grupos poderosos en beneficio propio. Clara señal del impacto de los actos de corrupción.
A la hora de evaluar la gestión del Gobierno de su país, en promedio, apenas 36% la aprueba, aunque el nivel de aprobación es mayor en Nicaragua (67%), Ecuador (66%) y Bolivia (57%) y muy por debajo del promedio en México (20%), El Salvador (17%) y Brasil (6%), el más bajo de todos.
La explosión del escándalo de Lava Jato, que se extendió desde Brasil a la mayor parte de América Latina, la corrupción continúa como uno de los problemas más graves de la región, de acuerdo a los resultados del Latinobarómetro 2017.
En Brasil, el 97% de los interrogados opinó que su gobierno no trabaja para el bien de todo el pueblo, sino solo para beneficio de algunos grupos poderosos. Esa respuesta dieron también 9 de cada 10 mexicanos, lo que coloca a ese país apenas por detrás de Brasil en esa «desconfianza».
En una entrevista a la BBC Brasil, la chilena Lagos dijo que el malestar de los brasileños con la democracia es antiguo.
«Brasil siempre ha sido un medio desconfiado, pero la evaluación está especialmente peor ahora», dijo Lagos y lo asoció con «los graves problemas de liderazgo político».
Los cinco primeros más satisfechos con la democracia en sus países son Uruguay (57%), Nicaragua (52%), Ecuador (51%), Costa Rica (45%) y Argentina (38%).
La corrupción para uno de cada 10 latinoamericanos es el principal problema de su país, aunque esa proporción crece significativamente en países como Brasil (31%) y Colombia (19%).
Asimismo, un 62% de los consulados considera que en los últimos dos años no se ha progresado en reducir la corrupción en el Estado y un 53% cree que su Gobierno actúa «mal» en la lucha contra ese flagelo.
En cuanto a la economía, los resultados son dispares: 54% afirma que su ingreso le alcanza para cubrir sus necesidades, 24% admite que no tiene suficiente comida para alimentarse, 41% está preocupado ante la posibilidad de quedar desempleado y sólo 25% considera que su país está progresando económicamente.
Junto con Ecuador, Argentina es el país latinoamericano donde la economía es el problema de mayor preocupación. Un 45% de argentinos sostiene que la «situación económica actual» es «muy mala» y sólo un 8% la considera «muy buena», aunque hay una mejora con respecto a la «situación económica pasada», donde un 54% la veía peor.
Argentina también está entre los países que más conflictos de clase tienen (está quinto en la categoría de «conflicto entre ricos y pobres») y donde aún está muy latente la «grieta».
Quedó segunda, detrás de Venezuela, en la pregunta de si la política podría ser capaz de provocar «peleas con su mejor amigo».
El trabajo también evidenció un alto nivel de desconfianza en las instituciones. La confianza ciudadana muestra en 2017 un retroceso en todos los casos, aunque llega a extremos de apenas el 15% en el caso de los partidos políticos, mientras que el mayor nivel de confianza es para la Iglesia católica (65%).
La encuesta -que se realiza desde 1995- consultó a 20,2 mil personas en la región, entre junio y agosto de este año. (ANSA).