En Cataluña comenzó la votación del referéndum de independencia en medio de tensión e incertidumbre. El gobierno español prometió evitar que la consulta, que fue declarada ilegal por la Justicia, se lleve a cabo.
Y oficiales de la policía están impidiendo que los votantes entren a los colegios designados por las autoridades catalanas para la votación. Según los servicios de emergencia catalanes, 337 personas han resultado heridas, la mayoría con lesiones leves.
En Barcelona, la policía antimotines disparó balas de goma para mantener a distancia a las multitudes independentistas.
Pero los manifestantes forzaron a la policía a retractarse gritándoles que se alejaran. El líder catalán, Carles Puigdemont condenó las acciones de la policía nacional,
«El uso injustificado de violencia… por parte del Estado español no detendrá la voluntad del pueblo catalán», declaró Puigdemont a la prensa.
Anteriormente se informó que en Girona, la policía antimotines entró a uno de los centros de votación donde se esperaba que votara Puidgemont.
La televisión mostró imágenes de vidrios rotos en la entrada del centro y a oficiales de policía desalojando a personas que intentan votar. Pero se informó que Puigdemont sí pudo depositar su voto.
Se espera que decenas de miles de personas acudan a las urnas el domingo para el referéndum de independencia.
Cientos de simpatizantes separatistas están ocupando desde el viernes escuelas y otros edificios designados como colegios electorales para garantizar que éstos están abiertos el domingo.
Según datos del gobierno regional, unos 163 colegios están ocupados por padres con sus hijos desde el viernes.
En algunas áreas, agricultores colocaron sus tractores frente a las puertas de los colegios electorales y en varios centros se retiraron las puertas para impedir que las autoridades acordonen los edificios.
La votación no tendría valor vinculante, ya que fue declarada ilegal por el Tribunal Constitucional a petición del Gobierno español.
Las autoridades del gobierno central incrementaron sus esfuerzos para impedir que se lleve a cabo la votación, prohibida por la Justicia española.
En las primeras horas del domingo, decenas de vehículos de la policía nacional salieron de sus bases en Barcelona y fueron desplegados en toda la región. El sábado se informó que la policía nacional ocupó el Centro de Telecomunicaciones para evitar el voto telemático.
Los oficiales de la policía regional catalana, los Mossos, tienen instrucciones de desalojar los colegios pero sin utilizar la fuerza.
La policía también incautó con anterioridad varios artículos, incluidas papeletas de votación, y ordenó la clausura de sitios web vinculados al voto y el arresto de funcionarios que organizan el referéndum.
No obstante, el presidente catalán, Carles Puigdemont aseguró que la votación se llevaría a cabo y que «está preparado todo para que efectivamente los más de 2.000 puntos de votación tengan las papeletas, tengan las urnas, tengan todo lo que tienen que tener para que la gente pueda expresar su opinión».