Por Horacio Castelli
Se acercan las definiciones en la política de Necochea y los dirigentes comienzan a mostrar sus movimientos dentro de cada uno de los espacios.
Desde que las Primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) se instauraron los nervios de los políticos se pusieron al máximo y este 2017 no es la excepción.
En las últimas horas en varias agrupaciones políticas se conocieron algunos movimientos que denotan el futuro accionar con la mirada puesta en el domingo 13 de agosto, para luego prepararse con el horizonte puesto en el domingo 22 de octubre.
Ante el avance de los días, algunas agrupaciones comienzan a convocar a distintos dirigentes para conformar un grupo mayor con vistas a las elecciones.
Pero, algunas decisiones que políticamente parecen correctas, terminan siendo adversas, provocando una resta aunque se sumen dirigentes.
Esta parece ser lo que ocurre dentro del Frente para la Victoria, cuando escuchamos a un dirigente de amplio trabajo social, con experiencia dentro del Concejo Deliberante, como el Profesor Luciano Lescano, aceptando la apertura hacia personajes desgastados.
No parece lógico, ni inteligente, que con tal de ampliar la convocatoria, se acepte a cualquiera, sobre todo quienes han demostrado en la función pública una profunda incapacidad.
Incluso algunos de estos dirigentes convocados, perdieron categóricamente las PASO del 2015, es decir, ni los propios los aceptan.
Esto sirve como ejemplo, de lo que ocurre en la mayoría de las agrupaciones políticas, donde se les permite sobrevivir a viejos políticos, desgastados por una trayectoria no siempre ética.
Si los propios partidos y alianzas no se depuran, es muy difícil avanzar hacia el mejoramiento de las representaciones políticas.
Si quienes, cuando tuvieron un cargo público, no lo hicieron correctamente, es ilógico que se los convoque.
Y en muchos casos no son visiones subjetivas porque los errores que muchos han cometido están reflejados en la situación que hoy vive Necochea.
Nadie se puede hacer el distraído y todos sabemos quienes han provocado este descalabro administrativo y político en el distrito.
No se puede sumar a cualquiera, porque se termina restando votos que son necesarios para realizar posteriormente un trabajo en serio.
Se desgasta a los militantes en un trabajo diario pata después entregarles a los impresentables de siempre las llaves para que decidan quienes van y en que lugares en cada una de las listas.
Son los que van a arrodillarse ante los caciques provinciales o nacionales para pedirles su bendición y luego arrogarse el poder de la lapicera.
Pero como dice el dicho, no solo la culpa es del chancho, sino de quién le da de comer, y es tiempo de limpiar el chiquero y trabajar en el mejoramiento “en serio” de la política.
Sumar, muchas veces, en política, resta.