Por Horacio Castelli
La administración de María Eugenia Vidal está decidida a desmantelar de a poco las Policías Locales e incorporar su personal a la bonaerense.
La primera etapa alcanzará a 39 distritos y una segunda abarcará otros 28 donde podría estar incluido nuestro distrito.
Los ciudadanos necochenses una vez convocados a una Consulta Popular votaron por el no en cuanto a la incorporación de la Policía Local, siendo desoídos por el gobierno de ese entonces.
Desde estas mismas columnas de opinión y desde el propio seno del Concejo Deliberante nos opusimos a la creación de un organismo que fue desechado en todos los países donde se implementó.
Siempre he sostenido que es más importante la calidad en la formación de los agentes de seguridad que la cantidad porque la sofisticación y modalidades de los delincuentes aumentan y muta permanentemente y se necesita personal capacitado para enfrentarlos.
Los jóvenes a los que se les entregó la responsabilidad de cuidarnos no tienen ni la preparación, ni la experiencia suficiente y siempre fueron colocados como farolitos celestes sin más objetivo que el que sean vistos para dar la “sensación” de protección y usarlos como “marketing”.
Como en su momento me opuse a la continuidad de la Guardia Urbana que se había implementado en Necochea con agentes municipales, con el claro riesgo para sus vidas que eso significaba, con los mismos argumentos surgió la oposición a las Policías Locales.
La inseguridad es un tema demasiado complejo como para tomarlos tan a la ligera y ofrecer soluciones espasmódicas, electoralistas y marketineras, porque además está en juego la vida de seres humanos.
La preservación de la vida humana debe ser el objetivo primordial y primario de cada acción referida a la inseguridad.
Se deben gestionar medidas que bajen la delincuencia a la mínima expresión atacando decididamente los orígenes del crecimiento delictual.
Después las fuerzas de seguridad deben trabajar más activamente en la prevención de los delitos y no tanto en la represión.
A todo esto la Justicia debe acompañar con medidas que favorezcan el accionar policial e impidan las maniobras grises de muchos abogados que se mueven permanentemente en el filo de la ley.
Y los legisladores deben modernizar las leyes que permitan un accionar claro de la justicia sin que se produzcan tantas “interpretaciones” y deba aplicarse lo que la letra marca y de esa manera acotar las maniobras dilatorias que muchos utilizan.
El tema de la inseguridad no puede ser atacado desde un solo punto y la decisión de la administración Vidal deberá realizarse con inteligencia, paciencia y como política de estado que perdure en el tiempo.
Esto deberá ser consensuado con todos los sectores políticos para terminar con parches permanentes que solo permiten que los corruptos de los sistemas policial, judicial y ejecutivo siempre ganen la batalla.
La inseguridad es un fenómeno que a crecido en las últimas décadas y es impensable que se termine fácilmente, pero al menos hacerle menos fácil su accionar y crecimiento.