Por Horacio Castelli
Nuestro distrito sufre desde hace décadas una anemia de proyectos que definan el camino que vamos a seguir en los próximos 10 años o más.
La ciudad de Necochea, cabecera del distrito, por ejemplo, no tiene planificado un ordenamiento urbanístico que permita visualizar hacia donde se proyectará el crecimiento habitacional y hacia donde se deberán extender los servicios de agua potable, cloacas, iluminación, pavimento, conectividades, gas, etc.
Un ejemplo que sirve para apoyar este análisis son las viviendas construidas a partir del plan PROCREAR que posibilitaron a muchas familias construir y hoy no cuentan con los servicios básicos como cloacas, gas y apenas llega la luz y agua.
Esta falta de proyectos y de prevención, provoca que las calles de tierra estén cada vez en peores condiciones, impidiendo que, cuando llueve, los habitantes de esas construcciones puedan salir, e incluso hacer ingresar una ambulancia, una autobomba o un patrullero en caso de ser necesario.
Estas situaciones, son solo si analizamos lo cotidiano y vernáculo, pero si ampliamos la mirada, esta falta de proyectos claros y una organización urbanística adecuada imposibilita la radicación de nuevos habitantes, de industrias, comercios o emprendimientos foráneos.
Ya la indefinición sobre que perfil de ciudad queremos ser, pasa a un segundo plano, cuando no se realiza un trabajo serio de planificación.
Y esto no solo se lo debemos exigir a las autoridades municipales (ejecutivo y deliberativo), sino a todas las instituciones intermedias que representan a las fuerzas vivas de la ciudad, que siempre esperan todo desde la esfera oficial y no ofrecen proyectos propios.
Lo que se hizo mal ya está echo, y debemos mirar hacia delante buscando no cometer los mismos errores y quedarnos en la permanente queja, que se convierte en una letanía que mata nuestras esperanzas.
No tenemos claro hacia donde queremos avanzar urbanísticamente, que emprendimientos industriales queremos traer y que perfil definitivo queremos darle a todo el distrito.
El nuestro es un distrito muy amplio con localidades a varios kilómetros de la ciudad cabecera y cuando se ha analizado la posibilidad de inversiones y radicación de industrias solo se ha pensado en Necochea o Quequén.
Sin embargo, existen localidades con potencialidades muy importantes que pueden favorecer la radicación de industrias y que posibilitarían el arraigo de sus habitantes y la radicación de nuevos ciudadanos.
La Dulce, Juan N. Fernández tienen características que permitirían la instalación de industrias por sus potencialidades geográficas e incluso por densidad habitacional.
Debemos comenzar a pensar en grande, ser honestos con lo que deseamos y expandir todo el potencial que nuestro distrito tiene.
Dejar de soñar y comenzar a trabajar, dejar de ser los eternos adolescentes que se quejan por las “trabas” que otras ciudades nos ponen y trabajar en serio madurando un distrito que a esta altura debe emerger.
Como en nuestra propia vida, debemos planificar de una vez por todas que queremos ser y trabajar con ese objetivo sin mezquindades y con políticas de estado sólidas y serias.
Necochea, como distrito no puede seguir en la adolescencia.