La canciller alemana, Angela Merkel, defendió este jueves su política de asilo que permitió la llegada de más de un millón de personas el año pasado al país y, al mismo tiempo, minimizó las críticas que ha recibido, sobre todo de parte de la CSU de Baviera que la acusó de ser responsable indirecta de los ataques terroristas que conmovieron al país, con el anuncio de un catálogo de medidas destinadas a proteger a la población civil de nuevos ataques terroristas.
En una rueda de prensa en Berlín, la canciller dio a conocer un plan de nueve puntos con el que el Gobierno desea intentar impedir nuevos ataques terroristas y proteger a la población civil. Las medidas incluyen la reducción de obstáculos para la expulsión de solicitantes de asilo que hayan cometido delitos en territorio germano, la creación de un sistema de “alerta temprana” destinado a monitorizar la radicalización entre los refugiados y el despliegue de soldados para hacer frente a nuevos ataques terroristas. “Siempre allí donde existan lagunas, debemos actuar”, afirmo Merkel.
La canciller, que fue blanco de una serie de ataques personales en los últimos días, sobre todo de parte de su aliado bávaro Horst Seehofer y también de parte del partido xenófobo, Alternativa para Alemania (AfD), tuvo el coraje de defender su política de asilo.
“Hace un año dije en esta misma sala que Alemania es un país fuerte y que lo lograríamos, pero no dije que sería una tarea fácil de resolver. Sigo estando convencida de que lo lograremos”, dijo Merkel al repetir la famosa frase que pronunció hace un año en Berlín con la que intento enviar un mensaje de tranquilidad al país y también defender la capacidad del estado alemán para recibir a la avalancha de refugiados que llegaron al país gracias a su decisión de abrir las fronteras a los inmigrantes que llegaban a través de la ruta de los Balcanes.
“Sigo estando convencida, como entonces, de que tendremos éxito en nuestra tarea histórica, y se trata de un periodo de prueba histórica en tiempos de la globalización, que lo podemos hacer. Derrotaremos el terror islámico y le mostraremos a la población que nuestra sociedad es fuerte y segura”, añadió.
Con respecto a los ataques recibidos por parte de AfD Merkel fue breve y categórica. “Seguimos manteniendo y defendiendo nuestros principios., La dignidad del hombre es intangible y las personas que son perseguidas recibirán asilo y los refugiados serán protegidos como establece la convención de Ginebra”, afirmó. La canciller, en cambio evitó comentar los ataques que ha recibido de la CSU y prefirió alabar la labor que realizó la policía bávara.
Merkel inició su intervención con una rigurosa condena a los actos terroristas que sacudieron al país la pasada semana y que dejaron un saldo trágico de trece personas muertas y decenas de heridos. Tres de los atentados fueron cometidos por peticionarios de asilo y dos de ellos fueron reivindicados por el Estado Islámico.
“Esos ataques fueron impactantes, angustiosos y deprimentes, Han roto los tabúes de la civilización”, señaló la canciller. El hecho de que dos hombres que llegaron como refugiados hayan perpetrado esos ataques representa una burla para el país que los recibió. Los terroristas desean lograr que nosotros perdamos de vista lo que es importante y desean sembrar el odio y el miedo entre las culturas y las religiones”
Las palabras de Merkel dejan al desnudo la difícil situación por la que atraviesa el país y la propia jefa de Gobierno. La canciller había iniciado sus vacaciones el jueves pasado, pero en lugar de viajar al Tirol italiano como es su costumbre, decidió permanecer en su casa de campo ubicada en las cercanías de Berlin. Merkel tampoco asistió a la inauguración del festival wagneriano que todos los años se realiza en Bayreuth y volvió a interrumpir sus vacaciones este jueves para dejar en claro que no piensa renunciar a sus principios.
Hace un año atrás todo era diferente. La canciller pronunció entonces una frase que marco durante 11 meses su posición relacionada con la crisis migratoria que sacudió al país a causa de la llegada de más de un millón de personas. “Lo podemos lograr”, dijo Merkel al referirse al enorme desafío que representaba la llegad de refugiados al país. “Alemania es un país fuerte y todo lo que encontremos en el camino debe ser superado”.
Los social-cristianos que gobiernan Baviera —aliados de la canciller Merkel, pero críticos con su política migratoria— lanzaron este lunes su ofensiva política. “La gente está atemorizada y desea una clara respuesta del Estado. Necesitamos en Alemania más protección. Baviera actuará con firmeza”, alegó el líder del gobierno regional, Horst Seehofer. Su ministro del Interior ha planteado recurrir a los militares en el territorio nacional para hacer frente a la amenaza terrorista.
La canciller contempla utilizar a los militares si hay otros ataques
- M., (BERLÍN)
En su esperada rueda de prensa, Angela Merkel admitió que su país estaba en lucha o en guerra contra el terrorismo islámico, una realidad que convenció al Gobierno a tomar nuevas iniciativas para impedir futuras tragedias. Además de prometer que su Gobierno haría lo humanamente posible para proteger a la población, Merkel anuncio un plan de nueve puntos dirigido a impedir que se produzcan nuevos ataques.
El capítulo más controvertido anunciado por la canciller tiene que ver con una posible intervención del Ejército alemán sobre el territorio nacional cuando se produzca una situación excepcional de naturaleza catastrófica, una forma elegante para referirse a un gran ataque terrorista. La canciller dejó saber que el Gobierno autorizará ejercicios preparatorios conjuntos entre el Ejército y la policía cuya meta es desplegar batallones de policía militar si el país vuelve a ser atacado por terroristas islamistas.
La medida, según Merkel, está amparada por las leyes y también por el Tribunal Constitucional alemán, que autorizó al Ejército en el mes de agosto de 2012 a utilizar sus medios militares en el país en caso de que existiera una situación grave de naturaleza catastrófica, una sentencia que pavimentó el camino para que los soldados pudieran abandonar sus cuarteles para combatir a terroristas
El plan de nueve puntos anunciado por la canciller en Berlin también contempla la creación de un «sistema de alerta temprana», que permitiría a las autoridades conocer si existen evidencias de radicalización entre los refugiados. El Gobierno también desea reforzar el personal de policía, mejorar sus herramientas técnicas y pondrá en marcha un centro especial que estará dedicado a vigilar las actividades criminales en Internet.
El gobierno alemán también desea que todos los proyectos de investigación existentes sobre el terrorismo islamista y la radicalización de la gente siga funcionando y, en lo posible, aumente. Merkel también propuso que todos los archivos existentes relacionados con el terrorismo islamista a nivel europeo estén interconectados a la mayor brevedad posible.
Alemania también desea impulsar una nueva ley europea que combata la venta ilegal de armas y que la ley se apruebe cuanto antes. Merkel prometió que su Gobierno adoptará medidas para impedir la venta de armas en Internet. El atacante de Múnich había adquirido su arma en la llamada Darknet (Red oscura), una versión clandestina de Internet.
El gobierno alemán también desea mejorar la cooperación entre los servicios de inteligencia aliados para permitir un mejor análisis de las comunicaciones de los supuestos terroristas. Merkel dijo que había hablado al respecto con el presidente de EE UU, Barack Obama.
Por último, la canciller anuncio que su gobierno eliminará todos los obstáculos que dificultan la expulsión de los solicitantes de asilo que han sido rechazados. Merkel dijo que se habían tomado medidas al respecto pero que eran insuficientes y mencionó la posibilidad de llegar a un acuerdo al respecto con Afganistán.