Cuanto más feliz estaba Woody Allen, llegó su hijo Ronan Farrow y volvió a sacar las antiguas acusaciones de abusos sexuales por parte del cineasta denunciadas por su hermana Dylan, y la presentación de Café Society, la película con la que arrancó la 69 edición del Festival de Cannes ya no fue igual.
En el ejemplar previo al festival, The Hollywood Reporter llevaba en portada a Allen, con una larga entrevista en la que no había ninguna pregunta sobre aquellas antiguas acusaciones, que quedaron archivadas por la justicia ante la falta de pruebas.
Hoy miércoles, el primer número que la revista edita en el festival, aparece una larga carta de Ronan Farrow, periodista de investigación —ahora trabaja en la cadena NBC— que se pone como ejemplo de no hacer las preguntas correctas cuando realizó una entrevista al autor de la biografía de Bill Cosby, en la que tampoco había ninguna referencia a los numerosos escándalos sexuales que han acabado con la carrera del cómico. Y de ahí Farrow llega al caso de su hermana Dylan, que denunció que Allen abusó de ella de cuando tenía 7 años.
Los Farrow, según Ronan, sufrieron la brutal presión de los publicistas de Allen. Ellos y todo aquel periodista que en Estados Unidos quiso investigar la acusación.
Ronan Farrow ataca a todos: al festival de Cannes por festejar a un “icono” en su inauguración, al estudio Amazon por invertir dinero en un director que acarrea ese pasado, y acaba su carta con este párrafo: “Eso no es solo equivocado: es peligroso. Envía un mensaje a las víctimas y a los agresores: vamos a mirar hacia otro lado”.
