Hemos recibido un mensaje a través de nuestras líneas de comunicación donde se expresa libremente sobre su pensamiento en torno a los hechos acaecidos en la Escuela 25 de Quequén.
Creemos que es importante leer atentamente lo que tienen que decir los integrantes de la “Comunidad Educativa”, que son a quienes se convoca en los discursos pero se los aleja en las acciones.
Hugo Torres decidió dar a conocer su opinión a través de un comunicado público que hemos decidido reproducir seguidamente:
Es notable cómo hay un cierto núcleo que se cubre las espaldas en éste y otros temas.
Sumado al tratamiento mediático que se le da (o no en algunas casos arguyendo proteger a los menores), las actuaciones de los funcionarios desestiman la inteligencia de las víctimas.
Por una cuestión de seguridad básica se puso en duda la continuidad en asistir a clases del niño que fue atacado el pasado miércoles. En principio la Inspección puso algún reparo, pero ahora hay urgencia en definir la situación.
Quizás suponen que desapareciendo del medio el reclamante, se pueda manejar mejor el conflicto.
El Jefe Distrital de Inspección recibió el llamado en consulta sobre lo sucedido desde la Dirección General de Escuelas. Es obvio que esto es serio, porque no es un suceso ni aislado ni nuevo.
Es muy probable que la Inspectora actuante no esté en condiciones éticas de investigar el suceso, dada la cercanía de relación amistosa que ha trascendido que mantiene con la Directora.
Entonces la solución no está en cambiar a los chicos de lugar, cualquiera sea el rol que mantengan en el conflicto, sino ayudarlos, y si no se está a la altura de la capacidad y moral requerida, habrá que dar un paso al costado, sin dejar de responder a las capacidades que les quepa por su accionar o desidia.
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