Pocos vecinos del barrio Puerto de Quequén viajaron la semana pasada a la ciudad de Mar del Plata para hacerse unos controles médicos, tras el derrame de phostoxin de hace casi dos meses, que gestionó la Fiscalía General y que llevó adelante la Zona Sanitaria VIII y el municipio. La muerte de Melissa Núñez se produjo por la negligencia de Fernando Cañada y su hermano, aunque hasta el momento la fiscal Silvia Gabriele no ha tomado ninguna acción judicial al respecto. Cañada es alguien muy vinculado al dirigente gremial ruralista Gerónimo Venegas.
En principio había anotados más de 20 habitantes de la cuadra del barrio que fue afectada por el tóxico, donde falleció la joven Melissa Núñez. De esta última, se esperan los resultados de las pericias judiciales.
El municipio se hizo cargo del transporte de los vecinos hasta Mar del Plata pero solamente cuatro viajaron a hacerse un estudio en esa ciudad.
El motivo fue que los que viajaron el pasado lunes consideraron una pérdida de tiempo lo realizado en Mar del Plata.
Señalaron que en Mar del Plata los médicos no estaban al tanto del motivo por el que los consultaban y por el que habían viajado.
Frente a esta decepción, los vecinos que tenían que viajar los días siguientes (martes, miércoles y jueves de la semana pasada) desistieron de hacerlo al saber cómo habían sido tratados en la «Feliz”. Entre los motivos de no concurrir a la cita con los médicos también pesaron situaciones laborales.