En sintonía con los grandes conglomerados de medios periodísticos Mauricio Macri fustigó la Ley de Medios que democratiza el espectro radial y televisivo y la tildó como «un instrumento de guerra en el intento de control de los medios».
La utilización desmedida del poder económico por parte de los monopolios comunicacionales hizo desaparecer a los canales de cable locales a pesar del poder económico que estos tenían, por ejemplo.
Y el logro de la compra de los canales por un monopolio como Cablevisión no se debió a la capacidad empresarial, sino a las ventajas que obtenían en las legislaturas nacionales con leyes restrictivas para los pequeños empresarios y expansivas para las grandes corporaciones.
Por ejemplo, no existía ningún tipo de control sobre la tarifa que los operadores de cable les cobraban a los canales locales y debían soportar extorsiones permanentes y subas de precios de los canales más importantes de la grilla.
Esto derivó que los propietarios locales de canales por cable tuvieran que vender sus empresas a los monopolios y que desapareciera la competencia y no existiera lo que los neoliberales llaman “el mercado”.
Necochea, es un claro ejemplo de esta situación de desventaja donde hay un solo operador de cables y deciden unilateralmente la tarifa a cobrar a sus abonados.
A partir de la sanción de la Ley de Medios, la Cooperativa Eléctrica local pudo solicitar las frecuencias necesarias y los permisos respectivos para apostar por el servicio de triple y doble play con la consecuente posibilidad de competir a través de la fibra óptica para ofrecer un mejor servicio y a precios competitivos a los habitantes de Necochea y Quequén.
El jefe de Gobierno porteño, afirmó que la sanción de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue “toda una perdida de tiempo y de esfuerzo increíblemente estúpido”, al hablar en el acto inaugural de las Jornadas Internacionales de Televisión por Cable, que se realizó en un hotel de Puerto Madero.
