Por Miguel Abálsamo
Semanas difíciles le toca vivir a nuestro distrito. Tal vez repercute más en una ciudad no acostumbrada a convivir con la violencia o los agravamientos de necesidades sociales, salvo en casos aislados, que no dejan de ser importantes y atendibles pero no tenían la magnitud de todo lo que se conjugo en escasos días.
No podemos, ni debemos colocar todo en la misma vara de horizontalidad.
No es lo mismo la necesidad, con el aprovechamiento de los «picaros» cuando existe caldo de cultivo, caso de intrusos en planes de vivienda a medio ejecutar, con la pesadilla diaria de la modalidad «motochorros», atentados con análisis medular que debemos hacernos, en la zona del parque o en el Complejo educacional «Jesuita Cardiel», sin olvidar que hace escaso tiempo nuestra región vivió un parálisis de la actividad y gravísimos hechos de violencia, sin juzgamientos, por no existir serias investigaciones ,en lo que significó un despiadado paro de agrupaciones de transportistas, prolongándose varios días, ante la impávida mirada de aquellos que deber proteger la calidad de vida y seguridad de nuestros vecinos.
Un coctel de extrema peligrosidad que deriva en incertidumbres, temores, desprotección y vecinos que se siente en soledad ante el asedio de la irracionalidad.
Nos despertamos en la ciudad con la noticia de casi 200 casas tomadas por la desesperación de la gente, en la mayoría de los casos jóvenes solteras, o jóvenes casadas con niños pequeños en estado de indefensión en un distrito que tiene a 3.500 personas con necesidades urgentes de viviendas, colocándose al alcance y la vista de esa desesperación casas no terminadas, algunas apenas iniciadas que terminaron siendo fácil presa de los intrusos.
Empleando una metáfora, que siempre sirve para ejemplificar situaciones diría que la situación imperante se asemeja a personas con sed en el medio del desierto y enfrente le exhiben litros de agua fresca a la que sólo acceden si rompen el vidrio o infringen la ley.
Es fácil deducir la resolución final.
Nuestro estado, instrumento de la Nación, quien debe paliar las necesidades de los más desprotegidos, comete un error de los peores cuando no concluye las casas que promete o peor aún, sigue siendo el área de Desarrollo Social un lugar donde se llenan de papeletas y lapiceras para anotar gente a los diferentes barrios y en muchos casos ante la imposibilidad de darles respuestas se opta por la espera que los desespera, la indolencia de tomarlos como invisible, la falta muchas veces de justicia social para escucharle sus reclamos.
El resultado es esperable. Estallido social.
Detrás de cualquier estallido social aparecen los «vivos de ocasión» que medirán en la injusticia para colarse por viviendas, por planes sociales y sacarle jugo a la situación.
A los necesitados justicia social.
A los aprovechadores de la situación la justicia.
No pueden meter a todos en la misma bolsa, deberán discernir, contar con visitadoras sociales y dirigentes que trabajen para elaborar un mapa real de la situación y en el mientras tanto imponer la mesura en circunstancias de luchas de pobres contra pobres, a veces pobres contra indigentes.
Es un delito usurpar viviendas.
También es delito que un estado se desligue de cumplir con sus necesidades sociales, como que la Justicia no garantice la paz social.
En momentos como estos todos los actores deben sentarse a una mesa, dejar diferencias de lado y ponerse en marcha unidos.
El coctel que se esta gestando en Necochea-Quequén tiene efectos explosivos con derivaciones inciertas si en esta semana no se coordinan acciones claras y definitivas, con rigor y autoridad, pero sin dejar de observar que en el subsuelo de nuestra pequeña aldea emergen ciudadanos que en estado de rebeldía pueden provocar hechos no deseados ni por ellos mismos.
«La justicia no puede
ser como las serpientes,
que sólo muerde a los descalzos»….. Manifestó sabiamente el poeta y escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Se ajusta a nuestra realidad.
Nos mostramos inflexibles y repudiamos estas manifestaciones de los más humildes pero mostramos indiferencia, hasta recibimos con una mueca cómplice y la justicia bien gracias, cuando otros niveles educativos y económicos usurpan terrenos de enorme valor en la zona del parque «Miguel Lillo», con asesoramiento de profesionales, porque una organización así no se improvisa.
Existen denuncias al respecto de ciudadanos dueños reales que han sido desplazados, algunos de ellos cuando vienen en temporada a Necochea y Quequén y ven como le han levantado una casa en sus costosos terrenos, se lo han alambrado y en otros casos vendido.
Esto también es un delito.
Que no es fácil imaginar esta rodeado de profesionales escribanos, abogados, y ligazón de áreas que proporcionan datos.
Sino estaremos juzgando a quien se roba una gallina como a quien roba a la sociedad evadiendo impuestos, falsificando facturación, arreglando situaciones con dinero o prestando plata a niveles usurarios.
Todo es delito.
Pero no anatematicemos a los más humildes y nos olvidemos de quienes tienen más responsabilidades.
Ladrones de dedos sucios existen en el distrito, pero de manos limpias y guante blanco también.
No es bueno tener memoria de un sólo lado.
Un estado municipal, máxime proviniendo del peronismo no debe olvidar como decía el conductor y creador del movimiento, que los dos brazos del peronismo son la justicia social y la ayuda social.
Es el momento de pasar del concepto a los hechos.
Aclaro que no se necesita ser peronista para ejercer la práctica de lo dicho.
Ni para evitar siempre la criminalización de la protesta.
La circunstancia del presente tiene como responsable municipal a un gobierno de corte peronista, deben asumir este momento.
La experiencia vivida debe dejar enseñanzas.
La primera es que barrio que se empieza barrio que se termina, evitando estos conflictos de usurpación que era la crónica de un hecho consumado.
Quequén sufrió en el gobierno radical de Daniel Molina cuando se derrumbo el barrio «Titanic» y nadie se hizo responsable, ni el estado municipal de ese entonces ni la empresa que levantaba dicho barrio.
Eso también fue un delito.
La segunda es que no se puede dar solución a todos los problemas en el área social. Pero si se deben atender todos los problemas.
La tercera es que debe haber inflexibilidad con los que aprovechan los momentos para sacar partida favorable.
A los humildes necesitados justicia social.
A los delincuentes el peso de la ley.
Estuvimos años con la inexistencia de acción social durante la olvidable gestión de la señora Silvina Benítez, a tal punto que cuando asumió la señora Ana Porcaro (quien tuvo actuación ponderada por propios y extraños) desde 2011 asunción del gobierno del profesor Horacio Tellechea hasta su alejamiento por decisión del actual intendente interino José Luis Vidal, en su legitimo derecho de elegir sus funcionarios de confianza, en el local de Desarrollo Social había tres paquetes de arroz en mal estado, dos kilos de yerba y algunos paquetes de harina además de mucha mugre y dejadez, quedando en el olvido aquel allanamiento de un local quequenense donde nunca se aclaró su manejo con faltantes de alimentos producto de comercializaciones con la leche de los niños más pobres.
Tampoco es cierto que en todos lados la situación sea parecida, basta con observar el manejo de entrega de viviendas de los planes federales en Lobería (gobierno del Frente para la Victoria), San Cayetano (gobierno radical), Miramar (gobierno peronista-massista), Tres Arroyos (gobierno vecinal). Necochea no se ha movido acorde con lo que debía haber hecho desde hace muchos años, esto es simplemente el resultado de esos años, el factor detonante de tanta irritación acumulada.
Solución que no la resuelve solamente la Ley contra las intrusas, tampoco las denuncias penales provinciales o municipales, o un Comité de Crisis, si no se toman ya medidas concretas sin esperas.
Fuera de lo que es el barrio privado de la Cooperativa «20 de Septiembre», que tiene a sus adjudicatarios y deberán ser respetados, en los diferentes barrios a medio terminar o con simples ladrillos decorándolos, sin servicios de agua, gas, luz, etc… Será casi imposible que esas familias radicadas no permanezcan allí.
Un detalle que habrá que tomar en cuenta es la proximidad de las fiestas, que conmueven en todo aspecto a la familia, lo digo para ir previniendo esta situación, acordando con los grandes y pequeños supermercados locales, estableciendo lazos con Acción Social nacional y provincial y aportes diversos, la posibilidad de entrega de mercadería para esas fechas de Navidad y Año Nuevo.
Nuestros dirigentes deben abrir bien lo ojos adelantándose a los hechos.
Días de furia
Fuera de este contexto existen en la ciudad asignaturas pendientes.
¿Nadie pone en caja a los motochorros que asolan en la ciudad arrebatando carteras a las mujeres e incluso golpeándolas?
Todos los días la crónica policial da cuenta de esto, y salvo porque al disparar se accidentan o por rara casualidad son detenidos.
¿Tan difícil es detectar maniobras sospechosas en moto en una ciudad pequeña como la nuestra?
Nuestros agentes de tránsito actúan con eficacia con aquellos que no usan casco, el faltante de algún papel, luces precarias, etc. pero esa misma eficacia no se encuentra cuando deben garantizar la paz social en nuestras calles.
Los últimos días se han observado hechos como el atentado con las instalaciones del Tren del Parque, incluido su restaurante, en pleno corazón de nuestro «Miguel Lillo», o el incendio intencional en el Complejo Educativo «Jesuita Cardiel», sumado a permanentes robos en automóviles del radio céntrico en la tranquilidad de operar rompiendo sus vidrios, forzando su puertas a plena luz del día en muchos casos.
¿Se están realizando operativos de alcoholemia o la nocturnidad es una anarquía generalizada?
¿Se esta controlando la venta de alcohol a los menores?
¿Se pone acento en la venta descontrolada de fármacos que utilizan muchos jóvenes mezclándolos para convertirlo en droga?
Sin el alcoholismo y la droga como factores imperantes uno no puede creer que se puedan cometer actos como los que están ocurriendo en los últimos tiempos en Necochea, caso robos, enfrentamientos con las autoridades, vigorosidad extrema en los actos, incentivos no naturales en los mismos.
Todo esto potenciado próximamente por el incremento poblacional de la temporada veraniega.
En todos los casos expuestos existen responsabilidades que podríamos analizar detenidamente, el estado es un responsable principal, con la justicia, para garantizar la paz social.
La única forma de resolver conflictos con los humildes es la con la fortaleza de un estado que debe asignar prioridades y contar con eficacia al momento de invertir dinero en los sectores sociales.
Si esto no ocurre el efecto cascada será todavía mucho más fuerte y peligroso de controlar.
La política social es definida como una forma de intervención que parte del estado en función de lograr algún tipo de justicia dentro de la sociedad concordante al modelo de desarrollo definido por el mismo estado, aparece como un concepto a criticar, esto considerando que la política social tiene como objetivo la legalización del funcionamiento de la sociedad en especial en lo que se refiere a la explotación, dominación y predominio de una clase social sobre el resto de la sociedad» es decir la aplicación de la política social no soluciona el problema estructural sino que mantiene un status de las demandas de las personas que sufren la explotación en espera de la satisfacción de sus necesidades por medio de la aplicación de la política, la que siempre da una solución paliativa pero no genera cambios en la sociedad.
¿SABES como se consigue garantizar la paz social como decis voz Miguel? Yo te digo.Dandole laburo a lagente, yo tengo 40 años y no consigo en ningun lado, que paz social me pueden dar .
Los politicos se la comen toda para ellos, ni siquiera tenemos intendnete en Necochea, de que paz podemos hablar.
Esta democracia esta en deuda con millones de gentes-Esto que creo que de todos los gobiernos de los ultimos tiempos el unico que haya hecho algo por la gente es este de Kirsner y Cristina.Los otros fueron de terror.
Espero que mejoremos en Necochea y al menos mejoremos en la temporada-