Por María T. López
La secretaria de Turismo de Necochea, Ángela Armentía, manifestó en medios zonales su confianza respecto de la próxima temporada veraniega, señalando que en estos días se está registrando un «interesante movimiento» que se traduce en reservas de hoteles y alquileres. Comentó que se está observando una «dinámica significativa y una interesante expectativa entre los turistas a pesar del momento del país». Indicó que una prueba de ello es que los departamentos de mayor categoría que ofrece la ciudad ya fueron alquilados.
Si el mensaje que se envía desde la Secretaría de Turismo está dirigido a los potenciales turistas con la intención de convencerlos de que Necochea es el destino soñado, que mantiene un equilibrio óptimo en la relación calidad – precio, es por demás contradictorio ya que se anuncia que las mejores plazas están reservadas y aplicando la lógica del mercado a mayor demanda, mayores precios.
Si intenta crearnos a los locales la ilusión de una temporada estival exitosa en materia de turismo, permítasenos el beneficio de la duda, ya que esta gestión ha tomado como si se tratase de una nociva tradición, anunciar ocupación plena en noviembre y justificar un rotundo fracaso en marzo.
Tomando por cierto el mensaje optimista de la Secretaria de Turismo local, hasta el necochense menos avezado advierte a simple vista que la ciudad a duras penas tiene la infraestructura necesaria para garantizar calidad de vida a los vecinos y que una afluencia masiva de turistas como la anunciada colapsaría el sistema de servicios sanitarios en pocos días. Al problema coyuntural de la sequía en la zona, debemos sumar el agravante crónico de la falta de obras y previsiones para sostener el suministro de agua potable que comienza a resentirse a medida que aumenta la temperatura y se transforma en un verdadero trastorno en algunos barrios de la ciudad. Ante este panorama, no podemos dejar de mencionar la gravísima situación del Parque Miguel Lillio convertido en un potencial polvorín ante la falta de mantenimiento y obras de seguridad como la creación de cortafuegos, limpieza, raleo, etc.
El Intendente Molina ha anunciado hasta el cansancio que quienes nos visitan buscan el contacto con la naturaleza y la amplitud de nuestras playas y eso es justamente lo único que van a encontrar: la anunciada y promocionada obra del Frente Costero es una expresión de deseo plasmada en un gráfico en la Web de la Secretaría de Planeamiento, la ‘Obra del Siglo’ que vendió la bancada oficialista en el HCD al momento de aceptar el endeudamiento del municipio para la financiación de la reforma de la Av. 75, es el ejemplo perfecto de la improvisación y falta de criterio en la obra pública. La concesión del Camping Miguel Lillio, judicializada y el Intendente Municipal imputado a comisión prima facie del delito de defraudación especial, en calidad de participe necesario, encuadrado en falsedad ideológica por las graves irregularidades en el manejo de la misma.
El trabajo constante del sector privado en la promoción turística de Necochea, sus desvelos para peticionar ante las autoridades provinciales y nacionales por la concreción de obras largamente esperadas y prometidas, la reciente creación del EMTUR con el ejemplo de la experiencia exitosa de localidades vecinas, trae el consuelo de que aún en forma extemporánea nuestras autoridades comiencen a tomar conciencia del potencial económico que implica la explotación turística para Necochea y la región.