martes, octubre 15, 2024

Opinión

La libertad sirve

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Por Horacio Castelli

¡Por supuesto! Dirán muchos inmediatamente. Pero, los invito a reflexionar un poco, más allá de lo obvio.

La libertad sirve si sabemos que hacer con ella. No es tan fácil utilizar la libertad y que otros a nuestro alrededor también la usen según su criterio personal.

Algunos la disfrutamos, otros la padecen, varios la utilizan y muchos la pervierten. Sabemos que una mente libre no tiene límites y a la mayoría de los que ostentan algún tipo de poder les asusta, por eso crean corsés.

Las limitaciones pueden ser físicas, sociales o mentales. No importa; lo que se busca permanentemente es tener el máximo control posible sobre esa libertad que se pregona, pero no se alienta.

Por supuesto, que las presiones económicas son una de las llaves más frecuentemente utilizadas por quienes desean limitar la libertad de las personas, pero más allá de la metodología que se utilice se intenta que sea efectiva.

Libertad y responsabilidad, por lo tanto, son inseparables. Sobre todo para quienes han solicitado un crédito por parte de la comunidad y ostentan cargos públicos.

La responsabilidad para usar la libertad es mayor en quienes han decidido tomar en sus manos el compromiso del manejo de la cosa pública.

Esto no significa que el resto de los ciudadanos no tengamos responsabilidades en el uso de esa libertad.

Y hoy me quiero referir a una de esas libertades que se mencionan permanentemente: «la de expresión» que erróneamente se la vincula casi exclusivamente con los medios de comunicación.

La libertad de expresión no solamente es una prerrogativa de los comunicadores sociales (aunque es el sector más visiblemente atacado), es de todos los ciudadanos sin ningún tipo de distinción.

Es bueno reflexionar, cada tanto, en como manejamos los comunicadores sociales esta libertad que pertenece a la sociedad. De que manera la defendemos de nosotros mismos. Cómo evitamos caer en la autocensura y en la censura al otro.

Todos tenemos la responsabilidad de lograr la plena libertad. No dejemos que unos pocos se arroguen el derecho de decidir por todos.