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Por Lic. Prof. Boris A. Stankievich

Ya casi un lugar común, hemos escuchado hasta el cansancio de la multitud de bellezas y recursos que tiene Necochea: las playas, el río, el parque, la pesca, la tranquilidad (ya perdida…), el Festival Infantil, las Cascadas, Cueva del Tigre, Costa Bonita…

Deberíamos prestar atención al hecho de que todos estos elementos, algunos naturales y otros producto del entusiasmo y la iniciativa humana, están en serio riesgo de degradación o pérdida irreparable, inmersos en una tendencia que lamentablemente debe considerarse en término de décadas.

Felizmente, notables excepciones a este sombrío panorama son la iniciativa de un grupo de vecinos para recuperar el Paraje Las Cascadas, caído en un abandono inexplicable y el emprendimiento Termal de la U.A.T.R.E sito en cercanías a Médano Blanco, cuya dimensión y proyección para la zona es mayormente desconocida por estar alejado de la vista de los necochenses (y desafortunadamente de las autoridades municipales en particular…)

Días atrás tuve oportunidad de recorrer la zona de Puerto Santa Cruz y Cte. Luis Piedrabuena, y asombra ver el empeño en destacar los recursos turísticos y comunitarios en el marco de una zona de duras condiciones climáticas, seguramente mucho más modestos en algunos casos. Atención especial merece el proyecto de explotación termal que se ha generado en Puerto Santa Cruz, a partir del hallazgo de aguas termales, acompañado esto por el ingente apoyo municipal, el acompañamiento legislativo y una adecuada promoción de inversiones.

Necochea podría volver al camino del progreso. Será necesario abandonar los lugares comunes, asumir una realidad de decadencia y convertirnos en protagonistas. Por demasiado tiempo nos hemos contentado con ser espectadores…