El Gobierno lo anunciaría hoy mismo. Para los hogares «ricos» subirá un 35% y los sectores de menor consumo quedarán excluidos del ajuste.
El aumento de gas para hogares será aun mayor que el aplicado para la electricidad. El ajuste oscilará entre 10 y 35%, según el tipo de usuario, pero vendrá acompañado de una rebaja en el precio de la garrafa a un valor nacional entre $15 y $20. Para el resto de la industria gasífera también habrá mejora de ingresos.
Las dos transportadoras tendrán un aumento de tarifa del 20% y para las petroleras, al alza del precio del gas en boca de pozo será del orden del 10 por ciento.
Estos ajustes son los primeros de una serie que se aplicará para cubrir los mayores costos por inflación.
Para 2009 se planea una revisión tarifaria integral, que marcará el rumbo de las próximas subas.
Según el último esquema al que tuvo acceso este diario, para los clientes domiciliarios R1 (hasta 500 metros cúbicos por año de consumo) no habrá ajuste. A la categoría R2 (desde 501 metros cúbicos a 1.000 metros cúbicos) se la dividirá en tres y el piso será de 10%, según el consumo. La R3 (más de 1.000 metros cúbicos por año) se dividirá en cuatro y el máximo de ajuste llegará al 35%, por encima del tope de 30% que se fijó para el alza de las tarifas de electricidad autorizado en julio.
Hasta ayer, la decisión era que el aumento rija a partir de octubre, una vez terminado el invierno, y así evitar un impacto mayor en el bolsillo.
No todas las distribuidoras y transportadoras de gas podrán hacerse del mayor ingreso. Aquellas cuyos accionistas mantienen sus juicios internacionales con el país por la pesificación y congelamiento de las tarifas de 2002 tendrán que depositar el dinero extra en un fideicomiso hasta que firmen la suspensión del litigio. En este grupo están la porteña Metrogas, Distribuidora Gas del Centro, Distribuidora Gas Cuyana y las transportadoras TGN y TGS. Hasta que las partes lleguen a un acuerdo, los fondos devenidos del aumento tarifario deberán ser destinados a obras en las respectivas áreas de concesión.
El mensaje que se intentará dar en el acto previsto para hoy es subir la tarifa a la clase más pudiente para bajar el precio de la garrafa, más usada por los sectores con menores ingresos. Sin embargo, no se pudo llegar a un acuerdo de valor nacional con las petroleras, las fraccionadoras y los distribuidores. “Con este gobierno no se acuerda”, dijo un empresario del sector. En principio, las compañías esperaban anoche que el precio nacional se fije en la Casa Rosada en un valor que oscilará entre $15 y $20. Hoy cuesta por encima de 35 pesos. El diferencial del costo real saldrá de parte del ajuste a la tarifa residencial que más consume. Para asegurarse una eficiente de la distribución de la garrafa, los municipios entregarán un bono o ticket con el que el usuario comprará el gas envasado. Luego, la distribuidora, petrolera o fraccionadora cobrará el subsidio por el valor real de la garrafa.
Las empresas se resisten porque no quieren que sus ingresos dependan del Estado. Temen quedar cautivos ante una futura discusión. (CRÍTICA)