La Central de Trabajadores de la Argentina denunció hoy que detrás del atentado contra su local en el Puerto de Mar del Plata están sectores empresarios comprometidos con conductas mafiosas y de explotación de los trabajadores del puerto local.
Al referirse al ataque perpetrado contra el local, la CTA afirmó que “esta es una más de la serie de agresiones de cuño mafioso, detrás de las cuales aparecen sectores empresarios que se oponen a la organización de los trabajadores del puerto, y a sus reclamos de registración laboral para dejar de ser mano de obra en negro y sin ningún tipo de protección”.
Como parte de esta escalada intimidatorio, también fueron amenazados varios trabajadores por el sólo hecho de realizar legítimos reclamos en defensa de la fuente de trabajo, el respeto a sus derechos y a las condiciones dignas para la realización de sus tareas.
Estos hechos fueron denunciados ante el ministro del Interior, Florencio Randazzo, en gestiones realizadas por Roberto Villaola y el secretario general de la CTA, Hugo Yasky.
Frente a ello, el Ministro se comprometió a investigar a fondo esta situación y ponerse inmediatamente en contacto con las autoridades de la provincia.
El atentado
Vale recordar que el viernes pasado, un grupo de desconocidos incendió el local que la CTA tiene en el Puerto de Mar del Plata. El ataque mafioso ocurrió a las 23.30, cuando un grupo de personas forzó las persianas que cierran el local e introdujo en el mismo unas cubiertas que luego prendió fuego. Como consecuencia del ataque, estallaron los vidrios, y se quemaron puertas y cortinas.
Este es el segundo atentado en un mes, que se suma a las golpizas que recibieron los trabajadores del puerto organizados en la CTA y a las amenazas constantes y de todo tipo a las que son sometidos.
El ataque se da en momentos en que “mantenemos un conflicto en cinco establecimientos del puerto” explicó Roberto Villaola, titular del Sindicato de Trabajadores del Pescado. El dirigente calificó el hecho como “un ataque mafioso, bandálico, que intenta amedrentarnos a los trabajadores para que bajemos la lucha”.
Y tras cartón advirtió: “Se equivocan, porque los trabajadores del pescado, con el apoyo que nos da la CTA, vamos a seguir peleando, reclamando lo que es justo, para terminar con la brutal explotación que sufrimos en este sector”. Matones en el puerto
La patota
Cabe consignar que el 5 de marzo de este año, los trabajadores del puerto de Mar del Plata tenían cita en la Delegación Regional del Ministerio de Trabajo para concretar la firma de un acuerdo. Sin embargo, los esperaba una patota del SOIP que golpeó brutalmente a Roberto Villaola y Roberto Palomino, ambos delegados de la CTA en el puerto.
El hecho ocurrió cuando la delegación de la CTA, conformada por los delegados mencionados junto a los miembros de la conducción regional Patricia Blanco, Alejandro Fernández, Elena Arena y el abogado Julio Hikkilo, llegaban a la sede local del Ministerio de Trabajo. Allí los hizo pasar el Delegado José San Martín, pero se encontraron con miembros de la conducción del Sindicato de Obreros de la Industria Pesquera acompañados de matones, quienes sin mediar palabra agredieron a Villaola y Palomino.
“Eran 12 o 15 matones que salieron de los baños, de otras oficinas donde estaban escondidos esperándonos. Fue una emboscada” relató Villaola. “Todo empezó en el momento en que se firmaba el acuerdo dentro de la oficina. Escuché golpes, gritos, y después aparecieron los matones que nos agarraron, me quisieron tirar por la escalera, pude resistirme, pero me tiraron al piso, me sostenían entre cuatro y me empezar a dar patadas por todo el cuerpo”. Ese fue el dramático relato de Villaola, mientras se dirigía a un centro de atención médica.
Blanco contó que “cuando entramos a la antesala del despacho nos encontramos con la conducción del SOIP que salía del despacho y allí comenzaron los golpes, los insultos y las amenazas”. Escalada intimidatorio
La CTA registra con preocupación la escalada intimidatorio realizada contra dirigentes y locales de la Central en todo el país. En el mes de mayo se produjo el secuestro por casi 48 horas de Jorge Raúl González, dirigente de una organización barrial de Florencio Varela, quién fue amenazado y golpeado por sus captores.
En el registro debe constar el ataque que sufrió la imprenta de Pelota de Trapo en abril y el secuestro de Pablo Micheli, secretario adjunto de la CTA Nacional, consumado el 16 de junio como una sucesión de agresiones claras al campo popular.
En la presentación efectuada el 29 de julio al jefe de Gabinete del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Pérez, el secretario General de la CTA bonaerense, Hugo Godoy, afirmó que “hay que dar un mensaje claro a la sociedad poniendo un freno inmediato a estas prácticas violentas que buscan imponer el miedo”. (ACTA)