Por Miguel Abálsamo
HAY FOTOS QUE CUESTAN CARAS. ARREPENTIDO ESTARÁ EL
ALCALDE LOCAL DOCTOR DANIEL MOLINA DE HABER POSADO
CON CACEROLA EN MANO EN EL PARO AGRARÍO.
ROSADA YA NO LO MIRA COMO RUBIO, ALTO Y DE OJOS AZULES.
Cuando una productora agropecuaria dulcense le alcanzó casi con ingenuidad una cacerola en mano en plena manifestación de la ¨guerra gaucha», seguramente el doctor Daniel Molina lo tomó como un cotillón de la marcha agraria, y un IVA que le agregaba a la misma. No dimensionó lo que vendría. Un fotógrafo, tal vez no con la ingenuidad de la productora agrícola, si con picardía y reacción profesional inmediata, con la tecnología de hoy presente, sacó una foto, no una foto más, una autentica foto ideológica que comenzaba a poner las cosas en su lugar y evitar en el futuro las dobles personalidades, y los varios discursos. Esa foto selló el futuro de Molina con el matrimonio K, provocando la diáspora inmediata de los Radicales K de nuestro medio y de la estructura nacional donde otro necochense Roberto Porcaro seguramente a esta hora estará intentando explicaciones. A su vez le estarán pidiendo las suyas al señor intendente.
Otros radicales K se hacen los distraídos en la ciudad, como archivando aquellas premisas innegociables de que se irían de la función pública si el intendente Molina en algún momento dejaba de acompañar al matrimonio presidencial.
¿QUÉ CAMINO SEGUIRÁN LOS FUNCIONARIOS DE MOLINA AHORA QUE EL JEFE POLÍTICO SE PUSO EN VEREDA DE ENFRENTE DE
El » paparazzi » local estuvo en el momento justo en el sitio preciso y desató mayor vendaval que cualquier interna política.
El intendente ya no puede volver atrás, menos aún con su foto que recorre no sólo Necochea, eso sería lo de menos, sino que en pocas horas por obra y gracia del espíritu no santo estaban en mano de la mesa chica gubernamental. Detalladamente la observaban ministros y demás funcionarios.
Allí en el corazón del poder, Cristina y Néstor mostraron su molestia.
Horas atrás la travesura del intendente tuvo su contragolpe cuando fue recibido por
Al fin de cuentas todo fue por una cacerola.
De esas que se usan en la cocina, que uno recuerda de sus abuelas cuando más quemada mejor gusto…no fue por ideas encontradas, o por exigir más coparticipación, sólo por una cacerola. Quien lo hubiese pensado.
Seguramente tampoco esa productora rural habrá dimensionado esta situación cuando se la acercó para la foto.
Ya nada será igual. Muchos replanteos para Molina, desde
La revuelta gaucha le revolvió su estrategia.
El radicalismo lo sigue esperando a la vuelta de la esquina, especialmente los memoriosos, los radicales K comenzaron a borrarlo de sus agendas, el matrimonio lo ubica del lado de los de enfrente, y con la provincia tampoco hay mucha cuestión de piel.
No es para envidiar el momento del intendente, sumado a las cuentas municipales que están como la camiseta de Independiente.
Pensar que fue por una cacerola, una simple cacerola vale más que mil palabras.
Y una foto, como fiel testimonio de que aquí en más nada será igual.