Fotos colaboración de Carlos Guillot
Una numerosa cantidad de público se acerca permanentemente al predio del Parque Lillo para participar de las actividades artísticas que se ofrecen en el marco del 47º Festival Infantil de Necochea.
Tanto los chicos como los grandes, colmaron las carpas y anfiteatro en el primer día de funciones de teatro y de actividades en la carpa de talleres. Es que las obras de teatro atraen la atención de los chicos, pero los grandes, con la excusa de llevar a hijos o nietos, también asisten y participan en este Festival.
La expectativa que surge en cada comienzo de función, el entusiasmo y la concentración son visibles en las caras de los chicos. No se les escapa ningún detalle, mantienen el hilo de la historia y sueltan la carcajada en cada oportunidad que se les presenta.
La satisfacción y aprobación de las obras se hace saber continuamente y se expresa al personal de
Algunas manchas en la ropa y en la cara de los niños, son las marcas indiscutibles de la asistencia a alguno de los talleres de plástica, murales o pintura, en donde la pincelada sobrepasa los límites del papel a colorear. Barquitos de cartón, animales o instrumentos de papel son el souvenir infaltable en esos talleres.
Baile y música
También hubo tiempo para disfrutar de buena música y bailes de la mano de
Mientras tanto se va preparando el segundo desfile para la localidad de Quequén que, como ya se realizó el año pasado, llevará su magia y color por la tradicional “Avenida Lobería”, desde 541 hasta 519.
Esto será el día sábado a partir de las 19:30 y pasarán por allí los mismos participantes de la apertura realizada el domingo pasado. (PRENSA DIRECCION DE CULTURA)
FESTIVAL INFANTIL: Teatro e identidad.
Después de casi medio siglo de continuidad pocos recuerdan que el Festival Infantil de Necochea fue pensado en sus orígenes para diversificar la oferta turística.
Y aunque los espectáculos que se llevarán a cabo hasta el domingo 13 en el marco de este evento –que tiene al teatro para chicos como protagonista excluyente- son salida obligada para los miles de visitantes que veranean en las playas de esta ciudad, el Festival es ante todo una expresión de la identidad local.
La edición número 47, que se inició el domingo con el tradicional desfile de organizaciones sociales, reúne todos los condimentos de una verdadera fiesta popular, de esas que ninguna gestión política que pretenda conservarse a través del voto puede sacar de agenda.
Desde sus inicios, en 1961, ni las crisis económicas ni los gobiernos militares lograron interrumpir el Festival. Durante la última dictadura, cuando los interventores locales dejaron de financiarlo, los propios vecinos se hicieron cargo de la organización. Durante ocho años. A ellos se debe en buena parte que el evento sea hoy el único de su tipo en el país, y su certamen de teatro una suerte de meca para las agrupaciones de actores independientes.
El Festival empezó este domingo, con la céntrica calle 10 convertida en el escenario (o “festivalódromo”, como lo bautizaron los necochenses) por donde desfilaron delegaciones de entidades sociales, artísticas y religiosas de Necochea y Quequén con comparsas, carrozas, autos antiguos, murgas, karatecas, gauchos, bastoneros y malabaristas.
Una multitud siguió el desfile desde las veredas y las ramblas, algunos cómodamente instalados en sillas y reposeras y otros desde los balcones de sus casas, transformados a esa altura en verdaderos palcos VIP.
Según el intendente local, Daniel Molina, “el desfile es un hito que forma parte de la realidad de Necochea hacia adentro. Es la expresión de muchos barrios periféricos y organizaciones sociales” aunque tiene “otra dimensión”, la de “los grupos de teatro que llegan de toda la provincia y el país”.
La primera jornada del Festival cerró esa noche con la presentación del “Show de Topa”, que encabeza Diego Topa, el popular animador de programas infantiles del canal Disney Channel. Cientos de chicos coparon el anfiteatro del parque Miguel Lillo, que con más de
Tiempo de teatro
El encuentro incluye entre otras actividades talleres para chicos (plástica, arqueología, malabares, folclore) y espectáculos musicales y danzas al aire libre, aunque todas las miradas están puestas en las obras teatrales que serán evaluadas por cuatro reconocidos jurados.
El certamen ya no reparte premios en efectivos aunque sí constituye un prestigioso reconocimiento para los actores. “En vez de premiar con dinero optamos por financiar la estadía de los actores como una forma de democratizar la posibilidad de participar” explicó Josefina Ignacio, titular de
“Si el municipio no nos financiara la mayoría de los grupos no podríamos participar. Aún así, tenemos que encargarnos de los costos del viaje y se nos complica mucho” dice Leticia Barbita, integrante del grupo de teatro porteño Matinée, que con “De arena el horizonte” se presentó en Necochea por primera vez.
La sección teatro debutó ayer con la obra “Timbó” del grupo Las Comadritas, una historia basada en una leyenda guaraní. Hasta el domingo se presentarán en los cincos espacios destinados a esta sección otros 12 grupos provenientes de ciudades como Tandil,
Diálogo y valores
Daniel Viola, reconocido actor, director y gestor cultural de teatro infantil es uno de los jurados del festival. Aunque señala que el teatro para niños de producción nacional destaca entre los países de América Latina sostiene que faltan incentivos económicos desde el sector público. “Hay aportes aislados pero no hay un plan integral nacional ni provincial que le garantice por ejemplo a las escuelas por lo menos una función de teatro por año”. No obstante, Viola aclara que las obras no deben perseguir una función pedagógica, entendida en términos académicos. “El teatro permite a los chicos poner en crisis, artísticamente, ciertos parámetros y clisés de pensamiento. Es emoción, conmoción, empatía. El mal teatro infantil quiere enseñar valores; y la sociedad está llena de valores. El teatro debe ser diálogo sobre esos los valores” señala. (DIARIO
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