sábado, diciembre 21, 2024

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NACIONALES/NAMUNCURÁ: Chimpay, el pueblo orgulloso de Ceferino

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ceferino.jpgceferino-preparativos.jpg Fotos Hernán Zenteno

Tiene unos 5000 habitantes y este fin de semana espera más de 100.000 peregrinos; fervor religioso y la reivindicación social. La historia de Irma una necochense que le rezó a Ceferino y se curó del cáncer.

Por Silvina Premat

La circulación casi constante de gente y autos en las calles, la mayoría de tierra, de este pequeño pueblo patagónico distante 198 kilómetros de Neuquén, es novedad desde hace dos días. Hasta el jueves los chicos jugaban en la calle.

El acto de beatificación de Ceferino Namuncurá, el indio mapuche nacido aquí en 1886, que presidirá mañana el delegado del Papa, el cardenal Tarcisio Bertone, revolucionó la vida de los 5500 chimpayenses y de los habitantes de los siete pueblos del Alto Valle de Río Negro.

Desde anteayer, el arribo incesante de vendedores ambulantes, policías y periodistas cambió la fisonomía pueblerina que entre hoy y mañana recibirá, según fuentes municipales y eclesiásticas, a más de 100.000 peregrinos.

Y el tren de pasajeros volverá a Chimpay después de 16 años de interrupción, lo que algunos consideran un verdadero milagro de Ceferino. Esta noche llegarán a la estación abandonada y destruida unos 1500 peregrinos desde Zapala. Mañana lo harán 350 jóvenes agrupados por la Universidad Católica Argentina desde Buenos Aires.

Desde hace dos meses no hay alojamiento en las 15 poblaciones de hasta 400 kilómetros a la redonda. Aquí, los visitantes se alojan en casas de familia, campings y escuelas (desde el jueves no hay clases) y encuentran la imagen de Ceferino por todas partes.

El retrato del mapuche que mañana será beato -paso previo a ser declarado santo- preside el único restaurante, los almacenes y otros pequeños negocios del pueblo. Escenas de su vida, pintadas por chicos de 11 y 12 años, acompañan el ingreso al Parque Ceferiniano, donde mañana, a las 11, Bertone celebrará la misa.

Viajarán hasta aquí los cuatro obispos que conducen el Episcopado: el cardenal Jorge Bergoglio y los obispos Luis Villalba, Agustín Radrizzani y Sergio Fenoy.

Entre las autoridades políticas que asistirán se destaca el vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; el embajador ante la Santa Sede, Carlos Custer; el gobernador de Río Negro, Miguel Saiz (un ferviente devoto de Ceferino), y la vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires, Graciela Giannettasio. El gobierno chileno estará representado por el cónsul general Patricio Quesada, el asesor de la Presidencia de la Nación y familiar del nuevo beato, Domingo Namuncurá.

Un millar de oficiales de la policía rionegrina controlarán la ruta 22 -que une Bahía Blanca con Neuquén- y las 14 hectáreas del Parque Ceferiniano. En ese predio se montó un escenario como para un concierto de rock que insumió buena parte del millón y medio de pesos que el gobierno de Río Negro otorgó a la Municipalidad de Chimpay para el evento.

El intendente, Hugo Funes, dijo a LA NACION que todos los costos son solventados con fondos provinciales y aportes del obispado de Viedma. Alentó que la difusión por la beatificación de Namuncurá atraiga inversiones y médicos generalistas, ya que aquí la población creció abruptamente en la última década por la instalación de una decena de empresas frutícolas.

Si bien no se anunció la visita de la presidenta electa, Funes dijo que aún tiene esperanzas de que ella, que es patagónica, participe de esta fiesta del pueblo. Y bromeó: «Si viene Cristina, seguramente Ceferino haría que se reconciliara con Bergoglio y hasta se volvieran juntos».

El mapuche tiene fama de haber facilitado el reencuentro entre personas que estaban desunidas y de haber curado milagrosamente.

Como a Irma Saber, de Necochea, que en 1996 un tumor la dejó hemipléjica. Su esposo, Jesús Femenias, rezó entonces en serio por primera vez a Ceferino. Ayer al mediodía, Femenias contó a LA NACION: «Le prometí a Ceferino que caminaría los 500 kilómetros que separan Necochea de Fortín Mercedes, donde está su cuerpo y donde yo nací, si él hacía que Irma volviera a caminar al menos hasta el baño de casa. Pero me pagó por adelantado. Antes de que yo saliera a esa peregrinación, el 21 de septiembre de 2001, mi esposa empezó a caminar por toda la casa.»

Femenias cumplió igual la promesa. Llegó al Fortín el 11 de octubre de ese año. Ayer, Irma lo acompañó, caminando, al santuario de Ceferino. Los dos, emocionados, contaron que el tumor desapareció.