Transcurridos casi tres años del asesinato de Alfredo Marcenac, el joven estudiante necochense baleado por Martín Ríos, el 6 de julio del 2006 en el Barrio porteño de Belgrano, su familia recibió la noticia de que no podrá ser querellante en el proceso judicial.
Adrián Marcenac, en diálogo con LU24 explicó que «esto se debió a que el anterior abogado defensor, tras recibir varias amenazas y agresiones físicas por atender el caso, tuvo un pico de estrés, lo que hizo que involuntariamente dejara pasar el pedido de elevación de Juicio que realizó la Jueza en febrero del 2007, y que sumado al vencimiento de una vista, hizo que quedáramos afuera del proceso acusatorio».
También contó que «pese a que los informes médicos y periciales arrojaron que este individuo no es esquizofrénico ni psicótico, sólo presenta trastornos de la personalidad, los dos fiscales judiciales están solicitando su inimputabilidad… no se está tomando en cuenta que trabajaba las balas manualmente, y una persona que no es consciente ni comprende la criminalidad de sus hechos, no puede hacer una tarea artesanal de este tipo… parece mentira que una causa con pruebas contundentes y claras, simple de resolver desde el sentido común, para la justicia no lo sea».
Referente a la carátula dijo que inicialmente se calificó el hecho como Homicidio Agravado por Placer, es una carátula que se usó por última vez en el caso del «Petiso Orejudo». Se consideró que este sujeto no soporta los cuadros felices, y cuando vio a los chicos disparo contra la felicidad», al mismo tiempo aseguró que «es casi una certeza que el homicida volvió al lugar del crimen enmascarado para disfrutar aun mas de lo que había hecho».
También comentó a la emisora sobre iniciaron un programa piloto en Necochea llamado «Desarmar para Construir la Paz», mediante el cual se concientiza a los chicos en las escuelas, para que sepan desde pequeños que tener un arma en la casa es causa de tragedias». «Hay que cambiar esta sociedad por una mas humana y pacifica», expresó.
Por último sostuvo que «somos sobrevivientes de una tragedia, ya que nos robaron la presencia de Alfredo, pero tratamos de canalizar nuestro amor por él y el dolor de haberlo perdido de esa forma, a través de estas acciones concretas, para que nunca mas vuelva a repetirse un hecho desgraciado similar». (LU 24)
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