Por Miguel Abálsamo
Faltaba solamente el día y la hora. Finalmente fue el jueves 19 de marzo a las 20.00 hs. El doctor Gastón Guarracino se alejó de la Subsecretaría de Trabajo provincial, agradeciendo la confianza del gobernador Daniel Scioli y el clima excelente de trabajo imperante con el Ministro del área, doctor Oscar Cuartango, como con el resto de los funcionarios.
El éxodo de dirigentes no empezó ni terminó con Guarracino, es un drenaje permanente, no por Daniel Scioli sino por la presencia irritante de Néstor Kirchner, un ex presidente al que la mayoría de los gobernadores y candidatos quieren ver lejos, pero insiste en ser parte vital de la campaña del Frente para la Victoria, además de encabezar la lista de la provincia de Buenos Aires, aunque la última vez hace año y medio votó a Cristina en Santa Cruz. Todo un cambalache. Un injerto santacruceño armando lista en territorio bonaerense.
Guarracino esta hoy donde debe estar. Fuera del griterío histérico de un gobierno nacional peleado con gran parte de la sociedad, asociado a países como Cuba o Venezuela, ignorando al mundo y a la globalización, una presidente de paseo buscando fotos prehistóricas con Fidel Castro, mientras Obama asumía en los EEUU de cara al mundo, un matrimonio que desde hace un año con el conflicto antojadizo y revanchista contra el campo argentino tiene paralizado el país y sus economías regionales, un matrimonio que con ojos en la nuca mira la Argentina del pasado setentista sin que se escape una solución de cara al futuro. Un gobierno que tiene a D´elia, Pérsico y Guillermo Moreno, entre sus materias grises no parece andar por buen camino. Y como frutilla de postre, los gritos apuntan a la prensa, la callamos, la cercenamos, los censuramos. Y si fuera poco compramos medios. Mientras como pose de ocasión hablamos de la nueva Ley de Radiodifusión, queda paquete en medio de la enorme crisis nacional, producto de la inoperancia oficial, a la espera de la internacional que todavía no ha llegado.
Un gobierno de anuncios de obras nunca concretadas, de escuelas jamás terminadas, de canje de heladeras nunca producidas y automóviles en facilidades que nunca se compraron…de valijas extrañas que llegan en aviones, de obra pública sin control, de travestismo político ,de caja millonario dominante para comprar voluntades indecisas ,de presión a gobernadores con los fondos de coparticipación en tiempo y en forma, de esconder los grandes temas nacionales, inseguridad, desempleo, costo de vida.
Un gobierno que en estado de fiebre y convulsiones adelanta elecciones porque ve a octubre como inalcanzable, y en estas horas ya nos parece lejano junio.
En medio de este panorama casi alocado, un moderado, un dirigente de costumbres normales en la sociedad, que escucha mucho y habla lo debido, escapa a la riña caníbal de la política tradicional, tenía poco que hacer con el mensaje de rencor y desunión que desde la Rosada envía el matrimonio.
Gastón Guarracino en realidad no volvió a ningún sitio, puesto que jamás se había alejado de ningún lugar.
En el 2005 cuando el sello del Frente para la Victoria ganaba las elecciones ante el Partido Justicialista en la provincia de Buenos Aires, Guarracino se alejaba de la Asesoría General de Gobierno, en pleno período de conducción provincial del ingeniero Felipe Sola. Solitariamente en la quinta sección electoral encaró una campaña a senador desde el justicialismo enfrentando la fortaleza de ese entonces del Frente para la Victoria, quedando relegado por pocos votos, logrando sin embargo en nuestro distrito la más alta cantidad de sufragios de todos los candidatos, no alcanzando su objetivo de ingresar a la Cámara alta provincial por el escaso aporte de votos del resto de la sección.
En el año 2007 convocó desde Primero Necochea a un gran frente, donde colocó figuras extrapartidarias en la lista de ediles, unió al justicialismo con los sectores K, sumó a conservadores, radicales e independientes, y a punto estuvo de ser intendente. Las causas de no alcanzar esa meta por escasos 1000 votos, entre otros análisis nos conduce al presidente de la Nación, doctor Néstor Kirchner, quien no lo apoyó en Necochea, dividió sus votos con un guiño de ojos al intendente Molina, quien con su partido de tono vecinal consiguió el objetivo de la reelección.
Gastón Guarracino es un hombre del peronismo, y como diría Victoria Ocampo ,que de peronista no tenía nada…»sólo nos pertenece lo que amamos ..».
Intra muros, hace mucho tiempo que masticaba esta decisión, esperanzado en que el gobierno provincial tuviera un giro de diferencia con el nacional, hecho que no se produjo y terminó desembocando en su alejamiento. Una ida que se produce por motu propio, si bien en las últimas horas intentaron retenerlo en el gobierno bonaerense la decisión estaba tomada.
Su futuro parece ser encabezar la lista de senadores en el denominado peronismo disidente, que ya parece a esta altura » el peronismo», porque de la disidencia se ha convertido en la coincidencia de la mayoría peronista de la provincia, de organizaciones ligadas al campo y de ciudadanos independientes que ven como una posibilidad de volver a la moderación a través de figuras como Francisco De Narváez, Felipe Sola, principal tándem cabeza de una larga lista de prestigiosos dirigentes bonaerenses, completando la presencia del ingeniero Mauricio Macri, revistando con su apoyo desde la Capital Federal, instalándose un elenco federal que abarca desde Carlos Reutemann , José Manuel de la Sota, Alberto Rodríguez Saa, Ramón Puertas, etc..
Guarracino está donde debe estar.
Tan así de simple.
En un justicialismo local que alienta chances de una gran elección en el medio local. Siempre y cuando junto a dirigentes a niveles nacionales como Gastón Guarracino o Geronimo Venegas, se conjugue una lista de concejales representativa, amplia y pluralista, salida del consenso general y del debate amplio.
Guarracino entendió que en la acción política triunfa quien pone la vela por donde sopla el viento, y no quien pretende que sople el viento donde pone la vela.
El viento de un peronismo renovado parece soplar, con un mensaje claro, moderado, republicano, que se avizora en este horizonte, y le hará bien no tan sólo a millones de ciudadanos que adhieren a esa causa sino fundamentalmente a la sociedad en general.
Ha tomado una decisión correcta, con lealtad a una identidad. En los caminos pueden haber éxitos o fracasos, que en definitiva son dos impostores diría Borges.
Lo concreto es que Gastón Guarracino ha definido una postura y seguido una idea. Esto tiene enorme valor. Pararse donde uno debe, a decir lo que uno siente, en el sitio correcto a sus sentimientos y a su historia.
«….en tanto haya
Alguien que crea en la idea,
La idea vive..»
(Ortega y Gasset. Filósofo español)