Internacionales

Fuerte Tensión en Washington con Milei

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Acreedores Exigen Garantías de Pago a Caputo por la Fuga de Dólares Empresarial


Las cruciales negociaciones que el ministro de Economía, Toto Caputo, lleva adelante en Washington con el Tesoro de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) están dominadas por la profunda preocupación de los acreedores privados respecto a la capacidad de pago de Argentina.

Esta inquietud se ve exacerbada por los fuertes reproches al Gobierno por haber permitido la salida de una cifra estimada en 9.500 millones de dólares por parte de empresarios desde que se levantó el cepo cambiario.

Según cálculos privados, el origen del problema radicó en la flexibilización cambiaria para personas físicas, que inadvertidamente abrió una «ventana» para que las empresas pudieran sacar dólares a través del Contado con Liquidación (CCL).

Esta vía de escape no se cerró hasta mediados de septiembre. Los bonistas ven con alarma que, mientras se producía esta fuga, el Gobierno estaría «quemando» las reservas del Tesoro y el Banco Central, justo cuando ellos tienen vencimientos por unos USD 8.000 millones que deben cobrar de aquí a enero, sin contar los compromisos con organismos internacionales.


La Duda Sobre las Reservas y el Rol del Ministro

El clima de tensión aumenta al considerar que Caputo se juega en la capital estadounidense la suerte del Gobierno en medio de persistentes rumores de dolarización.

Entre los acreedores, la preocupación se centra también en el manejo de los USD 2.200 millones que ingresaron las cerealeras con el esquema de retenciones cero.

Los informes más cautos sugieren que el Tesoro ya habría vendido alrededor del 60% de estos fondos con el objetivo de mantener el dólar oficial sin grandes saltos, un accionar que los bonistas interpretan como un peligroso agotamiento de las escasas reservas.


Presión de Bonistas y Debilidad en Washington

Los fondos de inversión que representan a los bonistas, y que tienen fuerte influencia en la Casa Blanca y el Tesoro, están utilizando el argumento de la ventaja otorgada a los empresarios para sacar dólares como una herramienta de presión en las negociaciones. Su objetivo es claro: conseguir una garantía de pago explícita.

Hasta el momento, el Tesoro y el FMI no han dado respuestas claras a este reclamo de sectores con gran poder de lobby.

De hecho, la idea que circuló previamente de que el propio Tesoro estadounidense comprara bonos argentinos con fondos propios perdió fuerza ante las críticas internas contra funcionarios como Trump y Bessent por lo que podría interpretarse como un «salvataje» a la administración de Javier Milei.

La falta de una garantía de pago y el reproche por la salida de divisas colocan al equipo económico argentino en una posición de debilidad en el board de Washington, obligando al ministro Caputo a maniobrar bajo la sombra de la desconfianza acreedora.