Los «trucos» del Gobierno para ocultar el crecimiento de la base monetaria
La emisión monetaria en Argentina no se ha detenido, simplemente ha cambiado de forma. Lejos del viejo mecanismo de adelantos directos al Tesoro, el Gobierno ha recurrido a una serie de herramientas financieras que, en la práctica, generan más pesos sin declararlo abiertamente.
Este fenómeno, apodado por algunos analistas como «emisión silenciosa», utiliza una mezcla de instrumentos de deuda, tasas elevadas y maniobras contables para sostener una fantasía de estabilidad.
El último informe del Banco Central de la República Argentina (BCRA) revela una realidad preocupante: en los últimos 12 meses, la base monetaria creció un 97%, casi duplicándose y mostrando una desconexión total con la actividad económica real.
Si bien el agregado monetario M3 (la cantidad de dinero en circulación y en los bancos) solo subió un 64%, la clave está en los pasivos remunerados (como las LELIQ, LECAPs y pases), que se dispararon un 5,6% en solo 30 días.
Estos instrumentos son los que el Gobierno utiliza para atraer a los inversores y evitar una corrida hacia el dólar, ofreciendo tasas de interés altísimas que, paradójicamente, se pagan con más emisión.
Deuda flotante y el ojo crítico del FMI
Uno de los mecanismos más utilizados para disimular este gasto es la llamada «deuda flotante», que son compromisos impagos del Estado que no se contabilizan como deuda formal.
Según un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), esta deuda oculta pasó de $1,25 billones en mayo a $3,87 billones en junio, un salto del 208,87%.
Esta cifra incluye desde pagos atrasados a proveedores y transferencias a provincias, hasta subsidios colgados, y toda ella representa una futura emisión de pesos para saldar esas obligaciones.
Este truco contable no pasó desapercibido para el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en su último informe reprochó la forma en que el Gobierno contabiliza instrumentos como las LECAPs, considerándolos un gasto «debajo de la línea» que no refleja el verdadero tamaño de la expansión monetaria.
La controversia de los futuros y el debate entre economistas
Otra vía de emisión silenciosa son las operaciones con futuros, donde el BCRA interviene vendiendo contratos para mantener la calma en el mercado cambiario.
Sin embargo, si la cotización de esos contratos no coincide con el precio real del dólar, el BCRA debe cubrir la diferencia, y lo hace, una vez más, con emisión.
El economista Iván Carrino calculó que una «equivocación» de solo unos pocos pesos podría generar pérdidas de hasta $200.000 millones, lo que representa el 0,4% de la base monetaria.
Este escenario ha encendido el debate entre los especialistas. Mientras economistas como Gabriel Rubinstein cuestionan duramente el nivel de emisión encubierta, otros como Federico Furiase (asesor de «Toto» Caputo) defienden el esquema.
Más allá de la discusión, el economista Marcelo Trovatto de Pronóstico Bursátil resume la situación: «El gasto público no desapareció, simplemente mutó de forma y hoy se canaliza hacia el pago de intereses de instrumentos de deuda en pesos».
En resumen, el Gobierno no gasta menos, sino que gasta de manera diferente, canalizando los fondos a través de mecanismos que inflan la base monetaria de forma encubierta. La gran pregunta es por cuánto tiempo se podrá sostener esta fantasía financiera sin que las consecuencias se vuelvan incontrolables.
