Por Horacio Castelli
Recuerdo que en una administración anterior se decía en épocas de elecciones que las internas no subirían las escaleras de la Municipalidad. En la actual administración Molina las internas del radicalismo y el molinismo parecen tener escaleras mecánicas.
Las renuncias y movimientos registrados en los últimos meses en el equipo de gobierno de Molina así lo señalan.
El pedido de renuncia a Alejandra Manis, la renuncia de Josefina Ignacio, la deserción de Horacio Tellechea, de Taarning (delegado de Juan N. Fernández), la de Arrizubieta a la delegación de Claraz son una nómina que ofrece un claro panorama del desmembramiento molinista.
Ahora, se habla de la deserción en las próximas horas del doctor Amilcar como delegado de Quequén y de Dabos al frente de Cultura y no terminarían allí las renuncias.
Además, algunos funcionarios sin dejar su puesto de trabajo han comenzado a mostrarse díscolos con algunas medidas del Jefe Comunal, como es el caso de Roberto Taurian, Secretario de Obras y Servicios Públicos.
Este funcionario, desmintió y casi descalificó las palabras de Daniel Molina sobre la repavimentación de la avenida 75 que habría (al decir del Intendente), prometido el gobierno nacional una vez que termine el ensanche.
Taurián en esa oportunidad expresó que «si no han concretado las obras firmadas el 7 de mayo del 2007, menos van a cumplir con una obra que ni siquiera está en carpeta».
En otra oportunidad y en ocasión de la entrega de certificados a los alumnos del Centro de Formación Profesional 403 del cuál es padrino la UATRE y ante la presencia de Gerónimo Venegas, el mismo funcionario no tuvo reparos en calificar al titular del PJ local como una de las figuras más importantes a nivel nacional y gestor de muchas obras a favor de Necochea.
La versión que se mantiene sobre el deseo de Molina de aceptar la candidatura a Senador Provincial por la Quinta Sección electoral en las boletas del radicalismo en Octubre de este año, no hace más que alimentar el malestar que se está apropiando de las filas molinistas y radicales.
Las internas ya están en los despachos municipales y esto produce en algunos casos rispideces y en otros una inacción que preocupa ante la difícil situación económica de la comuna.
Son muy pocos los funcionarios que trabajan en la intención de solucionar los problemas habituales en una comuna como la nuestra y se van desgastando.
Los más lúcidos, los más trabajadores ya dejaron la función pública municipal y las dificultades aumentan.
Este es un problema de todas las administraciones. Se quieren perpetuar en el poder en lugar de hacer bien las cosas en el tiempo que les corresponde cumplir con el contrato de trabajo que suscribieron con los ciudadanos en las urnas.
Mientras ellos se pelean por las sobras que quedan los ciudadanos seguimos esperando que los políticos maduren. La democracia cumplió 25 años y nuestros representantes todavía están en pañales.
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