sábado, noviembre 23, 2024

Locales

Maduro reprime, muertos y muchos detenidos

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La tensión en Venezuela aumentaba con el paso de las horas: de hecho, el presidente Nicolás Maduro, en el centro de las denuncias de fraude electoral que le habría otorgado la reelección, juega la carta golpista y promete mano de hierro contra las manifestaciones, poniendo el foco en actos de vandalismo y protestas violentas.

"Está en marcha un golpe de Estado, un plan de extrema derecha para una revolución, como los de (Henrique) Capriles, (Leopoldo) López" y Juan Guaidó", denunció el líder socialista, mostrando imágenes de la protesta mientras se derribaban los monumentos emblemáticos de la Revolución Bolivariana y se quemaban retratos del presidente Hugo Chávez, fallecido el 5 de marzo de 2013.

"Los fascistas -afirmó Maduro- quieren iniciar una escalada del terrorismo. Conocemos este modus operandi" que ya fue utilizado "por la extrema derecha" a lo largo del tiempo y "sabemos cómo afrontar esta situación".

Detrás de este plan, acusó, "están los gringos", es un plan de desestabilización "made in USA" para una "contrarrevolución violenta".

El "golpe", como lo llamó varias veces Maduro en una rueda de prensa, se convierte así en la justificación de la represión y las detenciones generalizadas.

El boletín de los operativos de las fuerzas chavistas en todo el país estuvo a cargo del fiscal Alex Saab, quien anunció 749 detenciones.
Además, hasta ahora hay al menos cuatro muertos y una cincuentena de heridos, según ONG de derechos humanos.

Pero las cifras están destinadas a crecer porque, explicó el presidente venezolano, "los hemos filmado y los identificaremos a todos, y tendrán que pagar", dijo.

Y eso porque, según Maduro, se trata en gran medida de "grupos de delincuentes armados y drogadictos, pagados con 150 dólares al día, como ellos mismos ya confiesan". El tema de discusión para Maduro ya no son las papeletas y las supuestas manipulaciones de los resultados de las elecciones del domingo.

El país está cayendo rápidamente en la violencia y en un giro autoritario que afecta directamente incluso a figuras políticas prominentes.

Entre los arrestados también se encuentra el jefe de Voluntad Popular, Freddy Superlano, aliado de la líder opositora María Corina Machado y el exembajador Edmundo González Urrutia, principal opositor de Maduro en las urnas.

Superlano fue llevado por un comando de encapuchados, como lo muestran las imágenes de un video filmado por un vecino.

"Maduro ordenó la masacre de manifestantes en las calles y ahora está arrestando a la oposición", fue la alarma dada por el partido.

La embajada argentina en Caracas, donde miembros de la coordinación de la campaña electoral de González están refugiados desde hace semanas, fue invitada a desmovilizarse lo antes posible, como las de otros seis países, y hoy también se quedó sin electricidad: un detalle que describe bien el ambiente actual en la capital venezolana, cada vez más aislada del resto del mundo.

González, por su parte, se solidarizó con los manifestantes y pidió clemencia a la policía.

Pero la insistente retórica de Maduro deja poco lugar a ilusiones. "Les advertí sobre el baño de sangre -dijo el heredero de Chávez- eso es lo que están tratando de hacer. Pero restauraré la paz".

Mientras, la Organización de Estados Americanos (OEA) convocó una reunión de emergencia tras publicar un comunicado denunciando una "manipulación extraordinaria" de la votación.

El establishment socialista "aplicó un esquema represivo, acompañado de acciones encaminadas a distorsionar completamente el resultado electoral", se afirma, mientras los dirigentes de la región ven lo que está sucediendo con profunda preocupación.

En ese contexto, el presidente estadounidense, Joe Biden, habló con su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, mientras el Kremlin instaba a la oposición a bajar la cabeza "Deben aceptar la derrota", fue el mensaje de Moscú, en tanto desde Pekín Xi Jinping prometió a Maduro llevar la asociación entre los dos países aliados a nuevos niveles.

Por su parte, el jefe de la Farnesina, Antonio Tajani, llamó por teléfono a Machado, "líder de la oposición al régimen de Maduro", a quien expresó "solidaridad y cercanía con el pueblo venezolano, esperando que se respeten los valores vinculados a la libertad y la democracia".

ANSA