La Antártida ha registrado 30 grados más de la temperatura habitual. Algo que según los expertos es un acontecimiento histórico de suavidad en este continente.
La base de investigación Concordia ha alcanzado un récord este viernes de -11’5 grados. Todo esto además ocurre en un mes de marzo en el que las temperaturas deberían de haber bajado debido a que acaba el verano austral.
Aunque las temperaturas deberían haber bajado con el fin del verano austral, la base de Dumont d’Urville, situada en la costa de Terre Adélie, estableció el récord del mes de marzo más suave, con +4,9°C, y una temperatura mínima récord de +0,2°C el 18 de marzo.
«Los días sin heladas son ocasionales en (Dumont d’Urville), pero nunca han ocurrido después del 22 de febrero (en 1991)», señaló Gaëtan Heymes, de Météo-France, en Twitter.
«Esta es la época en la que se espera que las temperaturas desciendan rápidamente, desde el solsticio de verano en diciembre», señaló Jonathan Wille, investigador del Instituto de Geociencias Ambientales de Grenoble.
«Esta ola de calor antártica cambia lo que creíamos posible para el clima antártico», añadió en Twitter.
Aunque en el momento preciso en que se produce un suceso no es posible atribuirlo al cambio climático, uno de los signos más claros del calentamiento global es el aumento del número y la intensidad de las olas de calor.
Los polos se están calentando incluso más rápido que la media mundial, que ha aumentado una media de aproximadamente +1,1°C desde la época preindustrial.
Esta ola de calor en la Antártida Oriental se produce cuando la capa de hielo antártica alcanzó su menor superficie registrada desde que comenzaron las mediciones por satélite en 1979, con menos de 2 millones de km2, según el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos.