El Partido Popular (PP) intenta en los tribunales invalidar la reforma laboral aprobada por un error de uno de sus diputados en una votación esperpéntica que la formación política califica de «fraude democrático» en España.
«Recurriremos a la Mesa del Congreso y al Tribunal Constitucional para defender la voluntad del Parlamento. Es un fraude democrático contravenir el sentido de voto de un diputado para imponer la aprobación de un decreto. No se puede tolerar este atropello a las instituciones», escribió en redes sociales el líder del PP, Pablo Casado.
El líder del PP señaló que «es un fracaso para Sánchez que la medida estrella de su legislatura haya tenido que aprobarse con este puchero parlamentario».
A esta batalla legal se unirá el partido de extrema derecha Vox. El gobierno del socialista Pedro Sánchez llegó ayer al parlamento con su medida estrella de la legislatura, la reforma laboral, con apoyos muy justos para sacarla adelante, lo que finalmente fue posible por 175 votos a favor y 174 en contra, gracias al error de un diputado del PP.
Miembros del PP dijeron ayer en un principio que uno de sus diputados, Alberto Casero, había votado «sí» por un error humano de forma telemática, tras lo que cambiaron su versión y comenzaron a denunciar un «error informático».
El «error informático» fue rechazado por la presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Meritxell Batet, tras consultar con los técnicos informáticos.
Tras comprobar el error en el sentido de su voto, Casero fue al Congreso durante la votación con la intención de votar de nuevo de forma presencial, lo que le fue impedido por Batet, ya que no lo contempla el reglamento.
Según Casado, Batet podría estar prevaricando. También Vox cargó contra Batet por haber estado «poniéndose del lado de su partido y vulnerando su neutralidad como presidenta de las Cortes», afirmó su secretario general, Javier Ortega-Smith.
El voto a favor de la reforma laboral que emitió Casero por error resultó decisivo después de que dos diputados del conservador Unión del pueblo navarro (UPN) no siguieron la disciplina de su partido, que había decidido respaldar la norma de Sánchez, y votaron en contra.
Desde la dirección del partido se les pidió a los parlamentarios Sergio Sayas y Carlos García Adanero que entreguen el acta del diputado.
Los dos diputados habían dicho tanto en privado como públicamente que no compartían la decisión pero que la iban a acatar.
Según los socialistas, el PP sabía con antelación que los dos diputados de UPN iban a votar en contra. La vicesecretaria general del partido socialista (PSOE), Adriana Lastra, declaró que lo ocurrido es un caso de «transfugismo político» y que «queda por ver el precio que ha pagado el PP».
La votación de la reforma laboral llegó al Congreso después de haber sido la primera pactada con los sindicatos y la patronal tras nueve meses de negociaciones.
La norma intenta poner fin a la temporalidad, una de las lacras del mercado laboral español. El líder del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), Pepe Álvarez, dijo que sintió «tristeza y vergüenza» por la votación y denunció al PP por haber «orquestado una trama para que pudiera ganar el «no» buscando a dos diputados de otras formaciones para intentar variar la mayoría», en referencia a los dos representantes de UPN. La aprobación de la reforma laboral fue para Álvarez un acto de «justicia divina». (ANSA).