Las tecnologías verdes han llegado para cambiar el mundo, pero muchos se siguen preguntando si realmente son eficaces y si pueden resolver los retos a futuro que tiene el mundo.
¿Qué son las tecnologías verdes?
El término ‘tecnología’ no solía asociarse con la protección del medio ambiente. De hecho, el progreso tecnológico se consideraba hasta no hace mucho, un signo de la acción humana, algo antropogénico y por tanto, sinónimo de destrucción, contaminación y muerte. Pero se han creado las tecnologías verdes o limpias, que pugnan por cumplir con sus roles y al mismo tiempo mantener y preservar los ecosistemas naturales.
En los últimos años, la palabra ‘verde’ se ha asociado casi a cualquier cosa, que se quiera destacar como no contaminante o ecológica. Pero a las ‘tecnologías verdes’ si bien están presentes a nuestro alrededor, no siempre se las identifica como tales. Su objetivo principal es simple: reducir los efectos nocivos de la actividad humana en el medio ambiente, produciendo más, con menos.
Las tecnologías verdes con las que nos cruzamos con mayor frecuencia son las energías renovables, el reciclaje de residuos, la movilidad sostenible o el tratamiento de aguas residuales, pero no son las únicas ni mucho menos.
Los científicos siguen investigando y tratando de innovar en este campo.
Tecnologías verdes y útiles
Se están desarrollando tecnologías verdes que, si bien no serán capaces de detener las acciones del ser humano, que ya de por sí son devastadoras para el medio ambiente, al menos logren reducir sus impactos o al menos prevenir sus peores consecuencias.
Este es el caso de algunos inventos no muy conocidos. Ya existe un tipo de hormigón ecológico, que no contiene compuestos nitrogenados nocivos, como el óxido de nitrógeno que sí está presente en el hormigón tradicional.
Por ahora el problema que acota su popularización es el coste del mismo, pero se espera que el aumento de la demanda logre una disminución del precio.
Hay muchas artefactos y máquinas que recogen plásticos del mar y los procesan para reciclarlos, ya que, si bien estos son muy útiles en nuestra vida diaria, resultan sumamente contaminantes para el medio ambiente, puesto que tardan cientos de años en descomponerse y afectan a la vida de miles de animales marinos.
El grafeno es uno de los materiales que podría revolucionar las tecnologías verdes, ya que es un material muy versátil que podría emplearse en cientos de productos, gracias a sus propiedades de resistencia, dureza, conducción, aislamiento, etc. Su desarrollo solo se ve obstaculizado por los altos costes de producción, pero los científicos no cejan en su empeño de obtenerlo de forma rentable.
Por otra parte, están surgiendo multitud de otras tecnologías verdes o limpias, en los más diversos ámbitos, como son la edificación ecológica, la industria no contaminante, formas de transporte alternativo, desarrollo de otras fuentes de energías renovables, nanomateriales y un larguísimo etc.
Verde, pero que sea realmente verde
Como este término se ha puesto de moda, es un excelente reclamo que muchas empresas emplean para ‘disfrazarse’ de ecológicas y limpias, algo llamado greenwashing y que se emplea para atraer a los consumidores que creen que al comprar sus productos están protegiendo el medio ambiente, cuando la realidad es otra.
Aun así, es posible elegir productos para nuestro uso diario directamente relacionados con las tecnologías verdes, como son las bombillas de bajo consumo, los electrodomésticos de alta eficiencia energética, los productos de cualquier tipo libres de tóxicos como cadmio, plomo, mercurio o bario que son altamente contaminantes, los vehículos y coches eléctricos y muchísimo más.
Fuente: Energías Renovables