El Ministerio de Ambiente demora el estudio de impacto ambiental que habilitaría inversiones iniciales de más de 700 millones de dólares.
La exploración petrolera en la plataforma continental del Mar Argentino continúa trabada. Lo que impide que se avance es la falta de un estudio de impacto ambiental que depende de la cartera que conduce Juan Cabandié.
Fuentes del Ministerio de Ambiente afirmaron a LPO que la cuestión los excede. Según sostienen en ese ministerio, la exploración en aguas profundas se vincula con el plan descarbonización de la economía, del que dependen varias líneas de financiamiento de organismos multilaterales.
Según argumentan, sumar explotación petrolera offshore a la actual matriz energética enviaría una señal contraria a las metas comprometidas hacia el 2050. Incluso, sostienen en Ambiente el tema de la transición energética habría sido mencionado en las negociaciones que Martín Guzmán lleva adelante con el FMI.
Desde el Palacio de Hacienda negaron a LPO que el organismo internacional haya mencionado la exploración offshore, pero el propio ministro suele argumentar que si el FMI quiere que países de desarrollo medio como la Argentina pasen su economía a una matriz energética limpia, debería financiar el proceso con créditos a muy largo plazo y tasas bien bajas.
En el entorno de Guzmán niegan que el FMI haya mencionado la exploración offshore en las negociaciones, pero el propio ministro de Economía suele argumentar que si el organismo quiere que países de desarrollo medio como la Argentina pasen su economía a una matriz energética limpia, debería financiar el proceso con créditos a muy largo plazo y tasas bien bajas.
Como sea, las inversiones para explorar un recurso que puede ser estratégico, siguen trabadas. En mayo de 2019 fueron licitadas y adjudicadas 18 áreas de exploración. Las petroleras comprometieron una inversión inicial de 724 millones de dólares. En la lista se encuentra gigantes como ExxonMobil, Total, Shell, British Petroleum, Wintershall, Equinor, Qatar Petroleum, Mitsui, ENI, Tullow, Pluspetrol, Tecpetrol y la propia YPF.
La plataforma continental se ubica dentro de las cuencas Argentina Norte, Austral y Malvinas Oeste, cerca del límite de la plataforma a 22 kilómetros de la costa. En total son más de 94.800 km2 que nunca se exploraron.
La cuenca Argentina Norte queda a la altura de Buenos Aires y Río Negro. Con una profundidad que va desde los 200 metros a los 4000 metros, se la considera de aguas ultra profundas, muy difíciles de explorar. En esta área se entregaron siete concesiones a las empresas YPF, Equinor, Shell, Qatar Petroleum, Total Austral y BP Exploration.La cuenca Austral tiene una profundidad de solo 100 metros, y allí fueron licitados dos bloques, que obtuvo Equinor. La cuenca más demanda fue la Malvinas Oeste, que tiene una profundidad de entre 100 a 600 metros dividida en nueve áreas.
La legislación argentina establece que todo titular de un permiso de reconocimiento superficial, permiso de exploración y/o concesión de explotación de hidrocarburos, o proponente de un proyecto offshore debe cumplir, previo a su ejecución, con un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y debe obtener la correspondiente Declaración de Impacto Ambiental (DIA).
Los cortocircuitos entre Energía y Ambiente quedaron en evidencia en una reciente audiencia pública en la que el secretario de Cambio Climático, Rodrigo Rodríguez Tornquist, cruzó un proyecto de inversión de YPF y la noruega Equinor, argumentando que sin los estudios de impacto ambiental podía poner en riesgo líneas de créditos de multilaterales que recibe la Argentina. Fue Tornquist quien vinculó los temas.
Los cortocircuitos entre Energía y Ambiente quedaron en evidencia en una reciente audiencia pública en la que el secretario de Cambio Climático, Rodrigo Rodríguez Tornquist, cruzó un proyecto de inversión de YPF y la noruega Equinor.
«En este tema la decisión no pasa por Cabandié sino por Rodriguez Tornquis, un hombre de Gustavo Béliz, actúa acorde a la agenda de los organismos internacionales de crédito», explicó a LPO un funcionario al tanto de la situación.
Como sea, es evidente Cabandié quedó en una situación incómoda: no avanza con los estudios de impacto ambiental porque no hay un plan oficial de descarbonización de la economía que contenga la inversión offshore, cuando ambas tareas le corresponden a su cartera. Es verdad que la transcición energética que implica el reemplazo progresivo y gradual de los combustibles fósiles es a largo plazo y requiere un abultado financiamiento. «Quien va a pagar un cambio de matriz energética carísima cuando el país esta en las puertas de un boom de explotación no convencional», se preguntó una fuente de la industria petrolera, en referencia a Vaca Muerta, que ya pasó de promesa a alcanzar niveles de competitividad similares a los yacimientos de Texas.
«Si es el FMI el que condiciona las inversiones petroleras, que ponga los fondos para ir hacia un esquema de energías limpias», agregó la fuente consultada.
Pero la falta de definiciones del Gobierno tiene un costo. Ante la ausencia de estudio de impacto ambiental y el silencio del gobierno, algunas de las petroleras analizan destinar los fondos previsionados para explorar el Mar Argentino a otros destinos con horizontes más claros, como podría ser el Golfo de México.
Cierta falta de conducción política del proceso quedó en evidencia en la última audiencia pública, no sólo por la disruptiva afirmación de Tornquist, sino cuando se supo que el mas contundente de los expositores contra el avance del proyecto, que se presentó como un habitante originario de la zona lindera a la exploración, estaba conectado al zoom desde Noruega.