Nuestros parientes más cercanos son los monos, calificación que comprende a los simios y a otros primates que viven por todo el mundo.
El 14 de diciembre es el día elegido para alzar la voz por ellos y defenderlos de las barbaridades que cometen con ellos los humanos.
En nuestro planeta hay 634 especies diferentes y conocidas hasta la fecha de primates, de los cuales casi la mitad se hallan en peligro de extinción y un 25% está en estado de preocupación o vulnerabilidad, de acuerdo a los criterios que emplea la UICN, al confeccionar su Lista Roja de Especies Amenazadas. Eso implica que solo una cuarta parte de los monos del mundo se encuentra relativamente a salvo.
Pero esa situación tampoco es definitiva, puesto que, si no se realizan gestiones eficaces en favor de su protección y cuidado, hay cientos de especies que podrían desaparecer de la faz de la tierra de manera permanente e irremediable. Esta es una realidad escalofriante, pero no por ello menos cierta y para la que se deben tomar acciones YA.
¿Qué amenaza a los monos?
La peor amenaza que se cierne sobre los simios en todas partes del mundo, es sin dudas el tener que compartir el planeta con los peores vecinos inimaginables: los seres humanos, quienes se caracterizan por su egoísmo y total ausencia de empatía con otras especies, a las que suelen considerar inferiores por naturaleza.
Por esta razón se permite cazarlos por deporte, para alimentarse, para combatir sus robos o interferencias en las ciudades y como parte de un nefasto negocio: el trafico ilegal de animales. Los primates son capturados para ser expuestos en zoos, para los circos y otros espectáculos y como mascotas.
Para peor, los hábitats de estas criaturas están desapareciendo vertiginosa y peligrosamente, por culpa de la ambición humana, que tala y deforesta en su propio beneficio, acabando con los ecosistemas en los que viven estas primates y obligándoles a unas migraciones y una vecindad forzada, que no es del agrado ni de los humanos ni de los monos que la padecen.
Hay muchos monos que están siendo cazados por que se pone “de moda” tenerlos como mascotas y corren peligro de desaparecer como especies por puro y simple capricho. Además, hay pueblos que acostumbran a consumir su carne y a veces por necesidad real y otras por negarse a cambiar de hábitos, se diezma a las poblaciones de primates.
En países como Vietnam, Laos o Camboya casi el 90% de simios autóctonos se hallan en riesgo de extinción. El número de especímenes de monos de hoja, gibones o langures ha disminuido tremendamente, por causa de la caza desenfrenada para traficar con ellos, emplearlos en medicina tradicional, para comerlos y por la pérdida de sus hábitats.
En el continente africano, hay unos pequeños monos llamados colobos rojos que se dividen en 13 especies diferentes, 11 de las cuales está en peligro o en peligro crítico de extinción por la caza furtiva. Se cree que el colobo rojo de Bouvier está extinto, puesto que no se ha podido constatar científicamente la presencia de ni un solo ejemplar en el último cuarto de siglo.
La importancia de los monos
Los primates cumplen importantes funciones dentro de los ecosistemas que integran como es la dispersión de las semillas, la interacción con el medio, etc. gracias a ellos se conserva el equilibrio y la naturaleza se beneficia de este intercambio. Los monos aprovechan los recursos de selvas y bosques sin destruirlos y con beneficio mutuo.
Desde comienzos del milenio se han descrito y taxonomizado 53 nuevas especies de primates: 42 en África, 8 en las Américas y 3 en Asia. De hecho, se han hallado especies cuya localización es tan endémica que ocupan áreas muy pequeñas, de apenas 400 kilómetros. Eso significa que una mínima injerencia puede ser fatal para ellos, a menos que se los proteja.
Buenas noticias
El emblemático gorila de montaña estaba clasificado como especie en grave peligro de extinción por culpa de la caza furtiva a la que estaban expuestos estos enormes primates, que además viven en zonas aisladas, en países de África que suelen estar inmersos en continuos conflictos bélicos.
En 2008 se constató que solo quedaban 680 especímenes de gorilas de montaña salvajes y en libertad. Esto alerto a las autoridades del animalismo mundial y a varias ONGs. Sus esfuerzos de conservación han dado sus frutos, ya que 10 años después hay mas de mil ejemplares más, por lo que su categoría de peligro bajó un peldaño y ya no está en peligro crítico, que es el estado más alarmante.
Esto se consiguió con un gran esfuerzo por parte de los conservacionistas que no solo obtuvieron los permisos de las autoridades locales para trabajar a favor de su conservación, sino que contaron con ayuda de los soldados para realizar patrullas para evitar las cuadrillas de cazadores furtivos y de veterinarios especializados en animales salvajes. Al mismo tiempo llevaron a cabo campañas de información y sensibilización entre los niños y los adolescentes.
La significativa recuperación de esta especie, así como la lucha de miles de personajes anónimos y de otros más célebres, como la etóloga y científica Jane Goodall, experta en chimpancés y defensora acérrima de los monos, son la prueba de que es posible convivir con ellos, respetarlos, valorarlos y de una vez por todas: ¡dejarlos en paz!