El Fondo Monetario salió a terciar en la discusión entre la Argentina y los bonistas. Miembros del directorio del organismo están manteniendo conversaciones con Martín Guzmán y su equipo y también con los principales fondos de inversión norteamericanos.
En el organismo internacional sostienen que «en una deuda de solo el 17% del PBI, debería primar el criterio de aceptabilidad de la propuesta; es la única manera de que Argentina recupere el acceso al mercado».
El Fondo es uno de los principales interesados en que la Argentina no caiga en default. Hay diferencias entre el directorio del organismo y el staff por el documento publicado el 20 de marzo en el que se recomienda un alivio en los pagos por entre 50.000 y 85.000 millones de dólares en el período 2020-2030. Tampoco el staff vio margen para que la Argentina hiciera pagos en moneda extranjera entre 2020 y 2024.
Hoy la prioridad del directorio del FMI es que haya acuerdo, para que Argentina luego pueda lograr ser sujeto de crédito en los mercados y así dejar de emitir dinero como única posibilidad de financiamiento. El miércoles pasado Martín Guzmán y los principales grupos de acreedores firmaron un nuevo NDA (siglas en inglés de un acuerdo de confidencialidad) lo que significa que las negociaciones se mantienen y que un acuerdo está más cerca. El estilo Guzmán, muy lento, por cierto, provocará que nuevamente la oferta a bonistas se extienda a su vencimiento, el 3 de junio, por diez días más.
En ese sentido, este jueves el Grupo Ad Hoc de bonistas y el Exchange (son los que poseen bonos Par y Descuento surgidos de los canjes del 2005) emitieron un comunicado en el que informaron que hicieron una propuesta a la Argentina que apoya el alivio financiero en más de 36.000 millones de dólares en nueve años. «Esta propuesta está hecha en términos más favorables que la anterior presentada» señalaron los acreedores. El Grupo Ad Hoc reune a AllianceBernstein, Amundi Asset Management, Ashmore, BlackRock Financial Management entre otros.
«El grupo de acreedores llamado Ad Hoc se movió en la dirección correcta con respecto a su oferta previa, pero el movimiento fue corto, insuficiente para las necesidades del país. Esperamos seguir trabajando con los acreedores que componen ese grupo, que al día de hoy son quienes tienen una posición más alejada de las restricciones que enfrenta nuestro país», respondió el ministro Guzmán luego de conocerse ese comunicado.
El acuerdo con los bonistas va a llegar, pero no inmediatamente el nuevo crédito. Menos va a generar un giro súbito en la economía. Las medidas como los congelamientos de tarifas, prohibición de despidos, el impuesto a los altos patrimonios, retenciones, los precios máximos, cepo, brecha cambiaria, alto déficit fiscal, inflación, control de cambios, no actúan precisamente un foco de atracción.
Barren esas medidas las esperanzas de que pueda existir un desembolso del FMI con la Argentina. La sensación entre acreedores es que un acuerdo simplemente postergará las dudas de un default argentino, pero para después del 2023. Será tema de otro gobierno el disiparlas por completo.
En paralelo hay complicaciones de corto plazo. Las medidas de la CNV que trabaron el dólar en la Bolsa (el MEP y el «contado con liqui») no hacen más que alimentar preocupaciones de ahorristas. Los retiros de dólares en los bancos se mantienen constantes a un ritmo diario que promedia los u$s 50 millones. El total de depósitos ya está por debajo de los u$s 17.000 millones. El atraso en el tipo de cambio oficial hace que el BCRA sufra la caída o el goteo diario de reservas.
¿Se acrecentarán los controles de cambio? Ya desde la CNV y el BCRA hubo «contactos» con los principales operadores del mercado por el despegue observado en el dólar Bolsa y el «contado con liqui». A los ejecutivos de las compañías de seguro se les exige por resolución de la Superintendencia de Seguros, que informen y firmen declaraciones juradas por la compra de activos en dólares. La UIF también salió a brindar mensajes al mercado sobre los que operen dólares en mercados.
La cuarentena y el párate de la actividad al mismo tiempo retardan el impacto en los precios de la fuerte emisión que realiza el BCRA. El atraso del cambio oficial reactiva las ventas de autos ante el bajo precio en dólares de los vehículos. Se dan situaciones insólitas como que nuevos modelos de celulares, que toman el dólar oficial para fijar su precio, se agotan dado que al tipo de cambio blue cuestan menos que en los EE.UU. El problema es que la situación actual no es sostenible y un acuerdo con los bonistas no reducirá fuertemente la brecha.