Dejará sin efecto el aumento de tarifas que implementó María Eugenia Vidal tras la derrota y que ronda el 25 por ciento. Y que convoca a las empresas para discutir. Además pide volver a fojas cero el traspaso de EDENOR y EDESUR.
El gobernador Axel Kicillof anticipó hoy ante la Asamblea Legislativa que dejará sin efecto los aumentos de la tarifa eléctrica que habilitó María Eugenia Vidal al día siguiente de la derrota electoral, y que promedian 25 por ciento y que entrarían en vigor el 1 de enero de 2020 para las empresas EDELAP, EDEA, EDEN, EDES y las 200 cooperativas bonaerenses.
Kicillof se amparó sobre el pedido de “razonabilidad” que efectuó la Corte Suprema de la Nación en 2015. “Razonable es que las empresas tengan una rentabilidad normal, y que ellos y las bonaerenses, empresarios, trabajadores, docentes, maestros y maestras, todos puedan pagar esas tarifas, y que las empresas”, sostuvo Kicillof. “Si una tarifa no puede ser pagada por un jubilado, no es tarifa es saqueo”, remató.
“El aumento debe tarifas lo vamos a dejar sin efecto previsto para enero. No es porque no queramos respetar contratos, tenemos que revisar lo actuado, por eso convoco hoy a las empresas del sector para trabajar en un esquema que sea justo, sostenible y razonable”, explicó el flamante Jefe de Estado.
Claro que no será una tarea sencilla. Si bien las empresas tienen altos niveles de rentabilidad -Kicillof habló de 20 mil millones de pesos-, los contratos están escritos en términos que les son favorables. “Va a tener que sacar un decreto para dejar sin efecto la Revisión Tarifaria Integral, que estableció pautas contractuales”, dijeron especialistas en la materia ante la consulta de INFOCIELO.
Una vez llevado a cabo eso, la Provincia puede “negociar un nuevo esquema regulatorio” en el que habrá que lograr “acuerdos con las empresas” a riesgo de dejar al Estado “expuesto a juicios”. Los especialistas consultados por este portal se mostraron confiados en que se arribe a buen puerto.
Pero queda una última cuestión a saldar: la situación de las 200 cooperativas eléctricas que operan en Buenos Aires, y que afrontan costos de distribución cada vez más altos y que no tienen tanta “espalda”, o sea rentabilidad, para hacer frente a un eventual recorte en las ganancias.
Kicillof se refirió además a la situación de EDENOR Y EDESUR, cuyas concesiones fueron traspasadas por Cambiemos a la Provincia y a la Ciudad de Buenos Aires, y cuyo control quedará en manos de un ente bipartito que comparten ambas jurisdicciones -el Ente Metropolitano Regulador del Servicio Eléctrico) y que, por gestiones de María Eugenia Vidal, presidirá la Ciudad.
No se trata de un dato menor: con un directorio de seis miembros, tres por Estado, y diferencias de criterio evidentes, es casi seguro que las votaciones quedarán empatadas y deberán ser saldadas por el presidente del Directorio, que ya fue nombrado por Horacio Rodríguez Larreta.
El Gobernador se reunió hace casi un mes con Rodríguez Larreta y discutió ese tema. A juzgar por los dichos de hoy, no logró llevarlo a buen puerto. Por eso Kicillof apuesta todas sus fichas a la influencia del presidente, Alberto Fernández, para dejar en “fojas cero” el traspaso.
“Sobre la energía, hubo un intento de traspaso con la creación de un ente compartido con al Ciudad de Buenos aires, creo que había un plan pero que fue interrumpido, tal vez acelerado, precipitado por los resultados electorales y se constituyó un ente (el EMSE) que no termina de estar en funciones, mientras al ente nacional (el ex ENRE) le han pedido que deje de ocuparse”, dijo Kicillof, quien habló de un “vacío autorregula” .
No quedó claro si Kicillof pretende restituir al ENRE, cambiar las reglas de constitución -establecidas en un acuerdo entre Nación, Provincia y Ciudad- o directamente dar marcha atrás con el traspaso de EDENOR y EDESUR a las órbitas provinciales.