Un sismo de magnitud 6,3 sacudió la frontera entre Panamá y Costa Rica cerca de las 12 de la noche del martes, con la fuerza suficiente para causar víctimas y «daños significativos», aunque no se reportaron mayores consecuencias, indicó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El temblor se produjo a apenas 10 km de profundidad, a unos dos km de la ciudad panameña de Progreso, en la frontera con Costa Rica, informó la misma fuente.
No se ha informado sobre daños materiales ni víctimas por el momento, pero el sitio web del USGS recuerda que «acontecimientos pasados con este nivel de alerta necesitaron una respuesta a nivel regional o nacional».
Según la Red Sismológica Nacional (RSN), el sismo tuvo lugar a las 23H23 (05H23 GMT del miércoles), y su epicentro se situó a 11 km al este de Puerto Armuelles, una localidad panameña en la frontera con Costa Rica.
Pobladores en el sur de Costa Rica salieron de sus casas por el susto y por la posibilidad de réplicas.
Alexander Solís, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias de Costa Rica, indicó que el monitoreo inicial dio cuenta de daños en dos viviendas en la zona sur del país, aunque no hubo personas afectadas.
El presidente costarricense Carlos Alvarado indicó que hubo cortes en el fluido eléctrico en varias comunidades del suroeste del país, cercanas a la zona del epicentro.
En la capital, San José, el temblor se sintió con fuerza y provocó caídas de objetos en residencias y negocios.
El movimiento tuvo varias réplicas, algunas de 4,2 y 4,3 grados de magnitud, según la RSN.
El sistema costarricense de alerta de tsunamis descartó inicialmente que exista riesgo de este tipo de fenómeno.
En noviembre de 2017, un sismo de magnitud 6,5 en la costa pacífica de Costa Rica sacudió edificios en San José y contribuyó a la muerte de dos personas que sufrieron crisis cardiacas.