Estados Unidos dio este martes 60 días a Rusia para cumplir «plenamente» el tratado sobre armas nucleares firmado en 1987 en plena Guerra Fría, del que Washington, que recibió el apoyo de sus aliados de la OTAN, amenazó con retirarse.
«Estados Unidos declara hoy que Rusia ha violado sustancialmente el tratado y suspenderemos nuestras obligaciones (…) en 60 días, a menos que Rusia vuelva a cumplirlo plenamente y de forma verificable», dijo su jefe de la diplomacia Mike Pompeo.
Pompeo abordó las acciones de Rusia durante una reunión con sus pares de los países de la OTAN en la sede de la Alianza en Bruselas, a quienes el canciller ucraniano, Pavlo Klimkin, urgió a dar una «respuesta integral» a la «agresión» rusa en el mar Negro.
La preocupación sobre las acciones de la Rusia de Vladimir Putin aumentó en los últimos años entre los aliados, sobre todo desde la anexión por Moscú en marzo de 2014 de la entonces península ucraniana de Crimea, país que aspira a convertirse en miembro de la Alianza.
Las potencias occidentales consideran además que un sistema de misiles ruso desarrollado y desplegado en los últimos cinco años, conocido como 9M729 o SSC8, viola el tratado INF, un acuerdo que los europeos consideran como la piedra angular para su seguridad.
Los aliados expresaron en una declaración de diez puntos su apoyo a Pompeo en su análisis de las «graves» violaciones por Rusia del tratado de fuerzas nucleares de alcance intermedio (INF), firmado en 1987 entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética.
Y fueron más allá. La OTAN pasó la pelota de la continuidad del acuerdo a Rusia, después que, en octubre, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara su intención de retirarse y aumentar su arsenal nuclear «hasta que la gente recobre el juicio».
– «Última oportunidad» –
«Rusia tiene ahora una última oportunidad de volver a cumplir con el tratado INF, pero también debemos empezar a prepararnos para un mundo sin el tratado», dijo en rueda de prensa el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al término de la reunión.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, indicó en esta misma línea que si Moscú no responde en el plazo que corresponde con la próxima reunión de los ministros de Defensa de la OTAN en febrero, responsabilizarán a Rusia del fracaso.
Estados Unidos fija ahora un calendario de 60 días para iniciar su salida, días después que Trump expresara su deseo de conversar con Putin y con el mandatario chino, Xi Jinping, «para evitar una carrera armamentística importante e incontrolable».
Detrás de sus preocupaciones, no está solo Moscú, sino también Pekín «que no está bajo el paraguas del INF», según una fuente de la Alianza, para quien el tratado representa una forma «de tener las manos atadas para Rusia y Estados Unidos, frente a China».
El presidente de EEUU, Donald Trump (D), y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se miran durante la cumbre de líderes del G20 en Buenos Aires, el 30 de noviembre de 2018
«No tiene ningún sentido que Estados Unidos continúe en un acuerdo que limita nuestra capacidad a actuar ante violaciones cometidas por Rusia», subrayó el secretario de Estado norteamericano, para quien las acciones rusas «socavan la seguridad nacional» de su país.
– Cautela en crisis ucraniana –
Los países de la OTAN reconocen además en su declaración que «Estados Unidos ha cumplido plenamente con sus obligaciones del tratado INF desde su entrada en vigor», una situación, a su juicio, «insostenible» si Rusia no lo respeta.
Para evitar exacerbar la tensión con Rusia, los aliados evitaron en cambio responder al llamado de más apoyo de Ucrania, después que el 25 de noviembre fuerzas rusas capturaran tres buques del ejército ucraniano frente a Crimea y arrestaran a 24 marinos.
El secretario general de la OTAN reiteró simplemente su llamado a Moscú para que devuelva los barcos y los marineros, y a garantizar la navegación de las embarcaciones ucranianas por el estrecho de Kerch que conecta el mar Negro con el de Azov.
El canciller ucraniano aseguró, sin nombrarlo, que un país de la OTAN estaba dispuesto a aumentar su presencia en el mar Negro. Washington, por su parte, quiere un mayor «liderazgo» de los europeos en esta crisis, según un alto funcionario estadounidense.